Review: Lo Imposible (2012)

Review: Lo Imposible (2012)

Escrito por Lucero

Uno de los mayores espectáculos de la historia del cine español. “Lo Imposible” (Juan Antonio Bayona, 2012) es ya la película más vista del año (con casi tres millones de espectadores, y subiendo), aunque aún casi ni hace dos semanas desde su estreno. Es innegable que parte de culpa la tiene Mediaset y su tremendo hype informativo. ¿Es realmente “Lo Imposible” una película tal y como la pinta la publicidad de Telecinco y compañía? A pesar de que no hay cadena que soporte menos que ésta, sí, “Lo Imposible” es una película que, haciendo honor a su título, parece imposible que haya sido producida por la cadena de Paolo Vasile y, en extensión, originada en nuestro cine patrio. “Lo Imposible” es ante todo un portento visual, un espectáculo de imágenes con la que Bayona nos enseña qué dos caras tiene la naturaleza: una afable, serena, natural y verde, y la otra magnánima, aterradora, negra y apocalíptica. “Lo Imposible” es, lejos de la emocionante historia que cuenta, un canto a lo minúsculo y preciosista de la naturaleza (una hoja verde mojada por el rocío, un parajillo que revolotea sobre la maleza) y a lo tremendo en que puede llegar a convertirse, en el terrible torrente de destrucción que quizá pueda provocar una mariposa aleteando en otra parte del mundo, tal y como anuncia el efecto mariposa. Alejados del morbo de la historia y de la emoción que provoca, “Lo Imposible” es un espectáculo único, y por ello ya sólo justifica la fama que le precede.

Una espantosa y verdadera historia

El problema de comenzar a ver una película como “Lo Imposible” se asemeja a la caída libre de un parque de atracciones. Comienzas subiendo plácidamente, adviertes el paisaje, la ciudad desde arriba, pero no disfrutas, te es imposible deleitarse a sabiendas de cuánto llegará después, de la descarga de adrenalina, de la bajada. En “Lo Imposible” te es muy difícil disfrutar de los primeros minutos, de esas preciosas imágenes de familia, de disfrute, de vacaciones paradisíacas. Sabes que tarde o temprano eso se acabará, que es como un cuadro irreal que no tardará en desvanecerse, como la cúspide de una caída libre que, en unos pocos segundos, te mandará abajo del todo en menos de un parpadeo.

photo_7142.jpegNadie, salvo los espectadores, es capaz de imaginar cómo va a romperse esta idílica estampa familiar

Y Juan Antonio Bayona lo hace, te sumerge en lo más hondo, en la tragedia más absoluta, aquella que sobreviene cuando a los hombres ya no les queda ni humanidad, aunque al final es la humanidad lo único triunfante. Esa sensación aterradora que te provoca “Lo Imposible” me recuerda a películas como “La Lista de Shindler” (Steven Spielberg, 1992), “El Pianista” (Roman Polanski, 2002) o “Hotel Rwanda” (Terry George, 2003), a pesar de que aquí la tragedia no sobreviene de mano del propio hombre, sino de la naturaleza, esa que Bayona retrata como Malick en su incomprendida “El árbol de la vida” (2011).

El 24 de diciembre de 2004, la familia formada por María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos pasan las vacaciones de Navidad en Tailandia. Unas vacaciones navideñas no de nieve, leña y campanillas, sino de sol, playa y piscina. Aquí mismo, en la piscina, cuando en la mañana del 26 de diciembre la familia disfrutaba de un momento de juegos, un rugido emergente desde el mar arrojó en pocos segundos un terrible apocalipsis sobre la costa tailandesa. Comenzaba la espantosa bajada a los infiernos, la caída libre que tanto se temía que llegaría.

photo_2157.jpegEs sólo cuestión de segundos que todo se revierte, que el desastre arriba, que el espectáculo comienza.

La más grande tragedia es la soledad

Cuando el espanto del tsunami arriba y se lo lleva todo, e iguala tanto a los privilegiados que disfrutaban en los hoteles costeros y a los más pobres pescadores de Tailandia, cuando el mar se comió la costa, la más grande tragedia que la película muestra no es la de la destrucción, la de la desolación, la del todo convertido en la nada, sino la de la soledad. “Lo Imposible” es un viaje a través del Hades donde el único fin es hallar al ser querido. No hubiese habido película si hubiese ocurrido lo que se presuponía en aquella tragedia: o que los protagonistas murieran, o que no sufrieran la tragedia. Pero ocurrió lo imposible, ocurrió que el tsunami los llevó a muy diferentes partes de la costa, a una madre y a su hijo por un lado, y al resto de la familia a quién sabe dónde. Esta desesperación, ese terrible hastío producido por la posible pérdida del ser querido, es lo que da razón a “Lo Imposible”. Bueno, y su final, claro está, porque podemos adelantar que la familia al final se encuentra, pues eso ya se ha encargado Telecinco de contárnoslo en las entrevistas y en las noticias acerca de esa familia catalana cuya historia inspiró a Bayona.

photo_2399.jpegLucas (Tom Holland), probablemente en la mejor actuación de la película, no se despegará de su madre en ningún momento de la película.

Pero hay algo en “Lo Imposible” que chirría. No sé si debido a que, por su tremendo hype, no intenté más que buscarle pegas mientras la veía, buscarle algo que rebatirle a todas aquellas personas a quien los anuncios de televisión han arrojado a las salas de cine. Pero sí, algo había, aunque minúsculo, que me decía que todos aquellos terribles sentimientos que se exponían no eran más que cine, que un puro espectáculo visual pero vacío y sin alma. No empaticé, y eso que no tengo reparos en decir que lloré (y sigo llorando) con Titanic. Pero “Lo Imposible” me arrancó sólo alguna emoción contenida, producto más bien de la tragedia en extensión y no de la tragedia en particular. Todo en esta película está meticulosamente preparado para que te emociones, para que te conmuevas, para que sientas la conmoción de una historia increíble. La tensión, los primeros planos de esos ojos desesperados, los gritos desgarradores… todo es muy “Telecinco” (oh, Dios, al final sí que se notaba su mano). “Lo Imposible” es un drama hecho para que llores, aunque yo me di cuenta de eso y no lloré. Aun así, no deja de ser una grandísima película, que me gustó y me emocionó más por la labor técnica y por la preciosidad de Bayona que por la pobre Naomi Watts y sus sufrimientos. Lucas (Tom Holland), el niño mayor, merece mención aparte, pues es lo mejor del elenco de actores, entre los que celebro la aparición de la conmovedora Geraldine Chaplin. Sí, vayan al cine, no verán nada mejor hecho en España. “Lo Imposible” es (cerrando la review con la misma frase con la que he empezado), uno de los mayores espectáculos de la historia del cine español.

photo_1440.jpegCartel de la película "Lo Imposible" (Juan Antonio Bayona, 2012)