Django Tarantinizado

Django Tarantinizado

Escrito por Alejandro

El 3 de febrero fue publicada una Review sobre “Django desencadenado” (Quentin Tarantino, 2012) en esta misma página. Un artículo escrito por mi compañero Lucero que desmenuzaba y destripaba la nueva película del director norteamericano. Poco queda que decir sobre ella que no haya sido analizado ya por él. Sus virtudes y sus defectos fueron desgranados con claridad. Por tanto, al margen de cuestiones de gustos personales, que poco tienen que ver con el análisis, no hay más que añadir.

photo_7925.jpegLa sangre siempre tiene un papel destacado en las películas de Quentin Tarantino.

Entonces, ¿por qué volver sobre “Django desencadenado"?, ¿se merece Tarantino tanta atención (no es la primera ni será la última de sus películas en ser revisitadas)? La respuesta no puede ser otra que sí porque el bueno de Quentin consigue esa sensación que describía Lucero al inico de su review: que nos pasemos el tiempo que el director estime oportuno esperando su próximo movimiento.

Tarantino y sus intenciones

Y es que esto ocurre por muy diferentes motivos, también presentes en su nuevo spaghetti-western o southern, se llame como se llame el género o subgénero al que ha decidido dedicarle su atención. En uno de los múltiples análisis en torno a su figura que en estos meses le han dedicado casi todas las publicaciones de cine, apareció una explicación que viene como anillo al dedo al cine de Tarantino y que él nos enseñó en la primera escena que rodó para el cine.

photo_9512.pngA Christopher Waltz le van como anillo al dedo esos diálogos que tiene que representar.

En el arranque de “Reservoir Dogs”, con su grupo de delincuentes desayunando juntos, el propio Tarantino explica a sus contertulios una disparatada (o no) interpretación del éxito de Madonna “Like a virgin”. El de Knoxville se regala a sí mismo un monólogo que acaba convertido en declaración de intenciones de su cine. Nosotros que ya parece que lo hayamos visto todo, tendremos, en opinión del propio Tarantino, la oportunidad de redescubrirlo todo gracias a su visión, revisitación, actualización o como se quiera llamar a la amalgama de géneros, influencias, copias, homenajes y demás piezas del puzle posmoderno que configura su obra.

Pedagogía y cine

Cada nuevo movimiento de Tarantino en el mundo del cine, y eso no se puede negar, supone un claro esfuerzo por adentrarse en un género diferente. Lo que siempre permanece es su estilo (su pasión por la sangre queda perfectamente clara en Django), dentro de un panorama que lo ha llevado desde atracos a road movies pasando por el cine histórico, entre otros. Indudablemente, no ha sido así desde el inicio de su carrera, pero, ahora mismo, y teniendo en cuenta su posición y prestigio, que Tarantino se decida por una película como “Django desencadenado” supone un impulso para el género y potencia el mercado del DVD, de las descargas o sitios online de un modo claro y directo.

Su papel consiste en algo muy loable a pesar de que, en ocasiones, sea demasiado literal, puesto que, por su condición de Autor reverenciado por la crítica, seguido por el público y respetado por la industria hollywoodiense, es capaz de unificar la cultura popular con la llamada alta cultura (no creo que pueda existir peor nombre y más peyorativo para algo) de un modo tan natural como él lo hace.

photo_6743.jpegCada detalle en cada plano remite a obras pasadas.Los diálogos en torno a una mesa ya son un clásico en el cien de Tarantino.

De verdad importa…

El director, además, quiere demostrar su cinefilia y, por ello, a pesar de que Sergio Leone sea uno de sus directores de referencia, se decanta por un menos conocido Sergio, Corbucci, para utilizarlo como punto de partida. Porque Tarantino sabe que la mayoría de su público (entre el que me incluyo casi todas las veces) va a conocer sus referencias a partir de él mismo, consiguiendo que su papel de “profesor” de cultura popular minimice el efecto negativo que provoca en aquellos que sí están familiarizados con esas obras previas.

El hecho de que páginas de internet como, por ejemplo Filmin, dediquen especiales a las películas que le gustan a Tarantino, hablan bien a las claras de hasta dónde llega, ahora mismo, su influencia. Él no niega sus fuentes y, de hecho, siempre se ha caracterizado por una actitud de respeto y veneración hacia temas tan diversos como el cine asiático de artes marciales o la música de Ennio Morricone. A nosotros nos corresponde valorar el resultado que él nos ofrece. Porque, como el día a día se empeña en demostrarnos, parece que las ideas se van acabando y la mayoría se nutre de lo hecho antes por otros.

photo_4486.jpegWaltz y Foxx son una extraña pareja como antes lo fueron Travolta y Jackson.

Es posible que el arte haya muerto y solo queden espesas mezcolanzas de referencias e influencias revestidas y matizadas por intereses o experiencias personales. No hay motivo para que Tarantino sea diferente en este aspecto. Él demuestra que sabe elegir esas fuentes para hacer aquello que considera oportuno. Utilizando el cine como lenguaje, se permite no solo pasearse por la historia sino también reescribirla, con la muerte de Hitler en Malditos bastardos como el máximo exponente de esta intención.

El estilo Tarantino

Volviendo a la review de Lucero, Tarantino no puede dejar de ser Tarantino. El autor, a lo largo de su carrera, ha mantenido unas constantes que permiten reconocer una película suya ya sea en la Europa de la Segunda Guerra Mundial o cuando dos mafiosos debaten sobre masajes en los pies a las siete de la mañana.

“No puedes apreciar mis películas si no te gustan mis diálogos” Quentin Tarantino

Él lo sabe mejor que nadie. Por eso es tan importante el duelo dialéctico entre Christopher Waltz y Leonardo DiCaprio, con Samuel L. Jackson dejando pinceladas maestras y Jamie Foxx apagándose a pesar de su condición de protagonista. Tarantino desarrolla su juego, enseñando y ocultando cartas, anticipando el extenso final y, sobre todo, disfrutando del camino. Porque no me imagino otra cosa que al director y guionista en su casa escribiendo la escena y disfrutando mientras se la va imaginando en su mente.

photo_5899.jpegEl equilibrio de fuerzas entre el cuarteto principal se juega en cada plano.

Que después se regodee en la venganza, la muerte y el final no le quede todo lo redondo que debiera es lo de menos porque su objetivo ya está cumplido. ¡Si hasta se ha hecho volar a sí mismo por los aires! No existe sacrificio mayor por su película. Hasta que llegue la próxima, claro.