Imagino que el sueño de muchos actores es encontrarse en el ojo del huracán al menos durante un tiempo. Es decir, que su nombre suene en todas partes, que los periodistas se peleen por hacerles una entrevista, que los directores más reconocidos llamen a su puerta y que, al fin y al cabo, la fama les asegure trabajo (y del bueno) para una temporada larga. Cómo alcanzar ese estatus depende del esfuerzo del actor por conseguirlo y también de la suerte. Hoy día, podemos enumerar una larga lista de intérpretes con quien prácticamente todo el mundo quiere trabajar y comprobaremos que cada uno de ellos llegó a ingresar esas filas de manera muy diferente. Por ejemplo, Ryan Gosling, Bradley Copper y Dane DeHaan.
El primero, la elegancia personificada por mucha sombra que intente hacerle George Clooney bebiendo cafés de la Nespresso, ha llegado al Olimpo de Hollywood despacito pero con paso firme. Escogiendo con cuidado sus papeles, alternando géneros (romántico, drama, comedia…) y dejando que su nominación al Óscar por ‘Half Nelson’ en 2006 no se le subiera a la cabeza. Ahora, después de un 2012 prolífico, Ryan Gosling está considerando uno de los actores más interesantes del momento.
Por su parte, Bradley Cooper llegó al estrellato de la manera tradicional, empezando con papeles secundarios como el del amigo del protagonista (‘Yes Man’) o un personaje más en un reparto coral (‘El equipo A’) hasta ganarse la confianza necesaria para llevar sobre sus hombros el peso de la trama (‘Sin límites’). Y cuando ya todos conocíamos su nombre, llegó su oportunidad. De la mano de David O. Russell en ‘El lado bueno de las cosas’ cosechó una nominación al Óscar y el aplauso de público y crítica. Ahora, Bradley Cooper ha dejado de sonar como actor de comedias para ser tenido en cuenta en dramas ‘oscarizables’.
Por último, Dane DeHaan ya es, a sus 26 años, un rostro familiar. Su caso sirve de ejemplo de la vía rápida del camino al estrellato. Es decir, la que empieza con una actuación sobresaliente (‘Chronicle’) que motiva que la mayoría de los estudios quieran contar con este intérprete para sus próximos proyectos, incluidos los más esperados (‘The amazing Spiderman 2’), y asegura, por tanto, un par de años de trabajo intenso. Por eso, desde que se estrenó el filme de Josh Trank a principios de 2012, no hemos parado de ver a Dane DeHaan en la pantalla (‘Sin ley’, ‘Lincoln’, próximamente ‘Kill your darlings’…).
Lo mejor de sí mismos en ‘Cruce de caminos’
Así las cosas, Dane DeHaan, Bradley Cooper y Ryan Gosling son, hoy por hoy, tres de los intérpretes de Hollywood más codiciados y admirados. Tres actores que se han ganado el puesto con esfuerzo y talento. Y tres artistas que emprendieron recorridos distintos para llegar al mismo punto, el estrellato, y también el ‘Cruce de caminos’ de Derek Cianfrance.
Porque los tres participan en la última película del realizador norteamericano, un drama sobre la familia, la corrupción y los errores que determinan para siempre nuestro destino. Es más, Dane DeHaan, Bradley Cooper y Ryan Gosling son las principales razones para dejarse llevar por este filme de ritmo pausado y excesiva duración, porque cada uno da lo mejor de sí mismo haciendo honor a la personalidad que con su trayectoria se ha forjado.
De ahí que decidiera comentar esta película empezando por ellos, porque sin sus actuaciones, ‘Cruce de caminos’ sería otro filme del montón con cierta dosis de originalidad pero sin la garra suficiente para atrapar al espectador.
La película cuenta tres historias en orden cronológico, conectadas entre sí y rodeadas de oscuridad (ya hemos comprobado que a Derek Cianfrance, director de ‘Blue Valentine’, no le van los finales felices). La primera, la de Luke (Ryan Gosling), un motorista sin responsabilidades que intentar dar rumbo a su vida cuando descubre que tiene un hijo; la segunda, la de Avery (Bradley Cooper), un policía que asciende en su carrera a pesar de los remordimientos que le atormentan; y la tercera, la que protagoniza Jason (Dane DeHaan), un adolescente perdido que decide saldar las cuentas de su pasado.
Por qué me gusta Ryan Gosling
Empecemos por Luke. Con pelo teñido de rubio platino y un sinfín de tatuajes repartidos por el cuerpo, Ryan Gosling vuelve a conquistarnos con un personaje de coraza de acero pero que guarda una inmensa ternura en su interior. Parco en palabras, como en ‘Drive’; violento, como en ‘Sólo Dios perdona’; dispuesto a todo para lograr sus objetivos, como en ‘Idus de marzo’; y amante de su familia, como en ‘Blue Valentine’. Así es la personalidad que Gosling se ha forjado con el tiempo y la que transmite en ‘Cruce de caminos’, donde da forma a un personaje taciturno, oscuro y complicado pero tremendamente atractivo. Su marca de la casa.
Por qué me gusta Bradley Cooper
En ‘El lado bueno de las cosas’ Bradley Cooper ejecutó la actuación de su carrera, con un personaje de semblante serio y alma atormentada que va avanzando en la vida a trompicones. Pat le valió nominaciones a numerosos premios y su consagración como actor, y ahora Cooper interpreta a un personaje similar en ‘Cruce de caminos’. Familiar, un tanto ingenuo, responsable y con un torrente de emociones encontradas que esconde bajo su fachada. Así es el Avery Cook que, aunque tarda más de 50 minutos en aparecer en la trama, luego resulta difícil de olvidar.
Por qué me gusta Dane DeHaan
Dane DeHaan es el bicho raro. Lo fue en ‘Chronicle’, en ’Sin ley’ y lo será también en ‘Kill your darlings’. Ayuda su físico, pero también la capacidad que tiene de interpretar a personajes en el límite. Por eso, supone la elección acertada para dar vida a Jason, un joven con problemas que complicará aún más su vida cuando descubra los secretos de su pasado.
En realidad, cualquiera de estos tres intérpretes sabe cómo meterse en la piel de personajes atormentados para resultar convincente e interesante. Puede que la promoción de ‘Cruce de caminos’ sólo destaque a Ryan Gosling y a Bradley Cooper, pero lo cierto es que también Dane DeHaan se sitúa en el ojo del huracán.
Y ya veréis cómo con el tiempo el valor de esta cinta se irá incrementando a la par que la notoriedad de sus intérpretes, porque lo suyo no parece una moda pasajera.