Lo que me dejan los Oscar 2014

Lo que me dejan los Oscar 2014

Escrito por pedrinho

La industria cinematográfica estadounidense, al menos esa que podemos aglutinar bajo la etiqueta de 'Hollywood', tuvo su gran fiesta, su gran acto de sociedad, este pasado domingo con la celebración de los Oscar 2014. Todo un sarao de grandes dimensiones, cada vez más cercano a una gala de la MTV, bien poblada de música y caras bonitas, que obliga al resto del planeta o echar un ojo (aunque sea con disimulo y negando después haberlo hecho) a lo sucedido desde la alfombra rojo hasta la entrega del último de los premios.

2db42dc77f8048dcb59dbe6e9d544cf5Pieza clave en la ceremonia

Y así, más obligados o menos, nos fijamos en los modelitos de las Cate, Angelina o Jennifer y en los cortes de pelo de Brad, Jared o Matthew, tratando de medir la distancia que hay entre nuestras medidas y perfiles y los de ellos y ellas. La distancia es grande, eso seguro, puede que tanta como la que hay entre el modo de entender la gala de los Oscar y la reciente de los Goya. No se trata de que sea mejor o peor, pero está claro que es diferente, lo que, una vez más, nos lleva a pensar en cómo revitalizar el momento público de palmadas en la espalda del cine patrio. Sin embargo, y aunque el tema daría para más de un texto, no es ese el tema que nos ocupa, sino redactar algunas pinceladas del cuadro que nos ha quedado en la cabeza tras el evento del Teatro Kodak, o Dolby, o cómo se llame.

El peso de los guiones

Por deformación profesional o preferencias personales, al repasar la lista galardonados, los primeros que llaman mi atención son los relativos al guión. Para quien esto escribe, está ahí, en la palabras previas al rodaje, donde está el pilar de una gran película. De hecho, puede haber grandes guiones que no terminen en grandes películas, pero no hay gran película que no cuente con un guión formidable.

a27b95643b766ed99513e4b5f4de316dJoaquin Phoenix y su amor por 'Ella'

Para la Academia del Cine estadounidense, los dos mejores guiones del año han sido los de “12 años de esclavitud” (12 Years of Slave, Steve McQueen) como guión adaptado, y el “Her” (id, Spike Jonze), como guión original. De entre las dos, y dejando clara nuestra admiración por la potencia de la historia en la que basa la considerada como mejor película del año, la novela de Solomon Northup, historia que, por cierto, ha terminado enfrentando John Ridley y el propio director, nos decantamos por esa maravilla ideada por Spike Jonze.

Teniendo a sus espaldas una creación del calibre de la de “Cómo ser John Malkovich” (Being John Malkovich, Spike Jonze, 1999), uno podía esperarse muchas cosas del señor Jonze. El guión de “Her” colma esas expectativas, moviéndose a la perfección por un sendero maravillosamente decorado con ciencia-ficción, nihilismo posmoderno, romanticismo y unas elegantes gotas de la trágica y elegante derrota. Para quien no la haya visto, estamos ante uno de los must see! de la temporada.

Un tipo a tener muy en cuenta

Desde un punto de vista meramente estadístico, fue “Gravity” (id, Alfonso Cuarón, 2013) la gran vencedora de estos Oscar 2014. La película, escrita y dirigida pro el cineasta mexicano, aunque afincado en Londres hace más de diez años, se llevó hasta siete premios. Si bien es cierto que hay que reconocer que la cinta perdió en la carrera por casi todos los principales (mejor película, guión, actores protagonistas...), acumulando muchos reconocimientos por su trabajo formal y visual. Esa tendencia sólo se rompió en el caso del Oscar al mejor director, que fue a parar a las manos del propio Alfonso Cuarón, un premio que nos obliga a estar muy pendiente de los próximos derroteros por los que se vaya a mover.

239871a7487c1029dc37e4b7d1eb549dOscar, a sus pies

Mucho tiempo ha pasado desde aquella “Y tu mamá también” (id, Alfonso Cuarón, 2001) con la que aprovechaba la senda abierta por la brutal “Amores perros” (id, 2000), con la que Alejandro González Iñárritu ponía al cine mexicano en el mapa mundial. Desde entonces, Cuarón, que nunca ha sentido esa etiqueta de 'cine mexicano' como propia, se ha movido, confiamos en que de forma calculada, entre las grandes producciones como “Grandes esperanzas” (Great Expectations, Alfonso Cuarón, 1998) o “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” (Alfonso Cuarón, 2004) y otras propuestas con un enfoque un tanto más underground como “Los hijos del hombre” o proyectos en los que se ha implicado como productor ("El laberinto del fauno", por ejemplo). “Gravity” podríamos situarla en esta segunda línea, así que tenemos mucha curiosidad por ver el rumbo que tomará en su siguiente creación un director que ya ha demostrado su capacidad para manejar y sacar mucho partido a caras más que reconocibles, incluso en escenarios completamente alejados del que estábamos acostumbrados a verlas (¿verdad Sandra Bullock?).

La impresión de McConaughey

Al igual que nos pasa a nosotros, suponemos que muchos de los que hemos visto (no explicaremos ahora por qué las hemos visto) películas como “Los fantasmas de mis ex-novias” (Ghosts of Girlfriends Past, Mark Waters, 2009), “Cómo perder a un chico en diez días” (How to lose a guy in 10 days, Donald Pretie, 2003)y joyas por el estilo, resulta un tanto desconcertante encontrar en el mismo titular el nombre de Matthew McConaughey y el premio al mejor actor. Sí, de entrada, algo chirría, como si el mundo se hubiera puesto patas arriba y el poco criterio que pudiera sobrevivir hubiera terminado por morir el alguna húmeda cueva de la montaña.

e0ffb40dcd2cebf67c01e9295f7920b3¿Eres tú, Matthew?

Sin embargo, y reconociendo que todavía no me he atrevido a ver “Dallas Buyers Club” (id, Jean Marc-Vallée), a pesar de que los premios al mejor actor principal y de reparto, para Jared Leto, podrían avalar esa inversión de tiempo, parece que el galardón, al menos para lo que se lleva en Hollywood, ha sido merecido. Todos los pronósticos lo situaban como el principal favorito, por encimo de bestias del calibre de Christian Bale o Leonardo DiCaprio, y los pronósticos se cumplieron. La transformación física de McConaughey, perdiendo hasta 25 kilos de peso y dejando en algún rincón los pectorales de los que tanto ha presumido a lo largo de su carrera, el impacto emocional de la historia de Ron Woodrof y el hecho de que ya desde otros frentes se alabaran sus dotes interpretativas (está teniendo un gran éxito de crítica y público con la serie “True Detective” en USA), ponían al actor en las coordenadas ideales para terminar siendo el escogido para recoger la codiciada estatuilla.

Y así, por mucho que nos impresione, Matthew McConaughey pasa por ser el mejor actor del año. Ver para creer.

La profecía de Ellen

No había pasado mucho tiempo desde el comienzo de la gala, cuando Ellen DeGeneres, siempre solvente como presentadora de un evento de esta magnitud y exigencia (hablamos de cuatro horas), dejaba caer una sentencia que marcaba la decisión con respecto a la ganadora del premio a la mejor película del año. Según la genial comunicadora, sólo había dos opciones, que se llevara el Oscar “12 años de esclavitud” o que se lo llevara “12 años de esclavitud”. Bueno, en realidad ella fue mucho más gráfica (que ganara “12 años de esclavitud” o que todos fueran unos racistas), pero el mensaje fue exactamente el mismo, ya que en la Academia, siempre tan atenta a los politiqueos, el pensamiento correcto y la diplomacia, nadie iba a arriesgarse a que se les tildara de racistas.

7109849628f435f407a2cad4d0083aedUna historia brutal, y verdadera

¿Quita eso valor a la película de Steve McQueen? No, porque cuando uno se sienta frente a la pantalla, cada minuto del metraje te hace olvidar lo que son los formalismos el bien pensar de las 'élites'. No hay nada de eso en toda la película, pero aun así, seguimos siendo conscientes de que en el mundo en el que vivimos, esas cosas (los formalismos, el politiqueo, el quedar bien...) influyen, y mucho, en los premios. Por suerte, “12 años de esclavitud” es una gran película, digan lo que digan los Oscar.