Antonio Banderas: Goya de honor 2015

Antonio Banderas: Goya de honor 2015

Escrito por pedrinho

Resulta un tanto extraño estar hablando de Goyas en pleno octubre y probablemente este texto tendría mucho más sentido en el próximo mes de febrero. Sin embargo, puede que para entonces, movidos por el brillo de la alfombra roja y por la necesidad de dar la mayor visibilidad mediática posible a la fiesta de autocelebración del cine español, lo importante quede diluido por la parafernalia y las buenas intenciones.

Sí, estamos seguros que para entonces, para febrero de 2015, abundarán los artículos que alabarán la carrera y trayectoria de Antonio Banderas. Sin embargo, la confirmación de que él es el designado para recibir el Goya de honor del año próximo ha llegado ahora, hace apenas un par de días, así que tiene más sentido hablar ahora de él. Y hacerlo sin dejarnos llevar por la fiesta y los buenos deseos, sino por la realidad, por el bagaje que acompaña a un actor, director y productor, que se ha llevado este premio por “su versatilidad”, aspecto que puede apelar a muchos factores, y no todos tienen por qué ser positivos.

208e338a1542b466b9e8f7d7d7259b37Cuánto tiempo ha pasado

El Goya de honor

Más allá de los méritos acumulados, lo cierto es que el Goya de honor para Antonio Banderas estrena una nueva etapa dentro de esta categoría, diseñada para poner en valor y dar el reconocimiento oportuno al trabajo a lo largo de toda una carrera de un personaje de la industria cinematográfica nacional. El malagueño va a contar con el mérito de ser el primer premiado que no ha nacido en los años previos a la Guerra Civil o durante el propio conflicto.

Hasta ahora, Concha Velasco, nacida en 1939, era la más joven de la lista de ganadores de este premio, así que el salto hasta Antonio Banderas es más que notable (1960) y abre el abanico de próximos galardonados de una forma muy importante. Es probable que en años venideros el nombre de los premiados incluya a personajes mucho más reconocibles para las generaciones actuales que los Pedro Masó o Tedy Villalba.

a6c006258fb96dc95628bd78eb45790fRostro conocido tras la máscara

De hecho, teniendo en cuenta el precedente que se abre con Antonio Banderas, no vemos grandes motivos para que dentro de muy poco no cuente con un Goya de honor Pedro Almodóvar, el más reconocido director del cine español, pero que no siempre ha tenido una relación fluida con la academia nacional.

De Almodóvar a Almodóvar

Citar a Almodóvar en un texto sobre Antonio Banderas no es, ni mucho menos, una casualidad. Si hay un pilar sobre el que se asienta la carrera hacia el éxito del actor ese es, sin duda alguna, el del director manchego. De hecho, hasta su nombre artístico, el verdadero es José Antonio Domínguez Bandera, surge en una de las múltiples conversaciones con Almodóvar, responsable de moldear su entrada en el estrellato con títulos como “Matador” (1986), “La ley del deseo” (1987), “Átame!” (1990) y “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988), en los que Banderas ejemplificó a la perfección lo que después se convirtió en una etiqueta para todos los actores que pasaron posteriormente por las manos del director, el “chico Almodóvar”.

4d2eb255bf8e49e80ced000a23af2f96Un matrimonio bien avenido

Antes de su salto a Estados Unidos, que lo cambió todo para él, Antonio Banderas completó otros trabajos de éxito como “Réquiem por un campesino español” y, en menor medida, “Bajarse al moro” (Gerardo Malla, 1987), pero en ninguno de ellos llegó a las cotas interpretativas mostradas, por ejemplo, en “Átame”, uno de los momentos más brillantes de su carrera. Por supuesto, en todo el recorrido por los productos más comerciales realizados en Hollywood, se acercó, ni de lejos, a la intensa presencia en pantalla que mostró al lado de una Victoria Abril espectacular.

De hecho, salvo algunos papeles en los que no tenía un rol protagonista, casi podríamos decir que Antonio Banderas no recuperó un cierto prestigio como actor hasta que no volvió a ponerse a las órdenes de Pedro Almodóvar. Su papel en “La piel que habito” (Pedro Almodóvar, 2011), que encumbró a nuestra amada Elena Anaya, le reportó muy buenas críticas a este lado del Atlántico, en especial por todos quienes estaban deseando aplaudir las virtudes de quien ha sido el gran pionero de esa búsqueda de El Dorado que supone el salto a Hollywood, con todo lo que ello implica.

940cb1b4b8f1982f79df8c9ce4c7e108Un recuerdo imborrable

Hacer las Américas

Hacer balance de la trayectoria de Antonio Banderas en Estados Unidos por varios motivos. En primer lugar, porque hablamos de un recorrido todavía sin finalizar, a pesar de que sus papeles hayan perdido mucha relevancia. No en vano, para el año próximo, Antonio Banderas va a estar en el estreno de cuatro títulos, manteniendo el ritmo con respecto a lo hecho en este 2014, donde ha participado en otras cinco cintas, en alguna de ellas compartiendo otros roles como el de productor con el más habitual de actor.

No podemos olvidar tampoco que, desde que se estrenó en Hollywood a comienzos de los años 90, hace más de dos décadas, acumula tantos trabajos a sus espaldas, y de tan diversa índole, desde la famosa “Two much” (id, Fernando Trueba, 1995) con Melanie Griffith a “Machete Kills” (id, 2013) bajo los mandos de Robert Rodriguez, pasando por productos meramente comerciales como “Spy Kids” (id, Robert Rodriguez, 2001) y ser la voz del gato con botas en la saga “Shrek”, a compartir cartel con algunas de las actrices más codiciadas y deseadas del momento, como Rebecca de Mornay y Angelina Jolie. Si a ese variado cóctel le añadimos películas como “Philadelphia” (id, Jonathan Demme), “Evita” (id, Alan Parker, 1996) o “Los mercenarios 3” (The Expendables 3, Patrick Hughes, 2014), está claro que esa justificación del Goya de honor 2015 por “su versatilidad” adquiere pleno sentido. 

fbd9054c3e5c5b2245f2e154196dc76f¿Estudias o trabajas?

La verdad es que así es, Antonio Banderas ha hecho de todo del otro lado del Atlántico, desde medirse en duelo con Sylvester Stallone en “Asesinos” (Assassins, Richard Donner, 1995) a compartir reparto con Omar Sharif en “El guerrero número 13” (The 13th Warrior, Michael Crichton y John McTiernan, 1999) de rodar a las órdenes de Woody Allen en “Conocerás al hombre de tus sueños” (You Will Meet a Tall Dark Stranger, 2010) a encarnar nada menos que a “La máscara del Zorro” (Martin Campbell, 1998). Versatilidad, polifacético, hombre para todo, con criterio amplio o multidisciplinar... elijan el término que prefieran. O varios, porque no es fácil quedarse con un único adjetivo para describir su trayectoria.

La faceta actual

Hace tiempo que a Antonio Banderas no lo vemos ya como un actor, sino como un personaje, una especie “indiano”, como aquellos de antaño que volvían vestidos con traje de lino y con fortunas acumuladas del otro lado del charco. Sus apariciones mediáticas suelen tener que ver más con sus idas y venidas con Melanie Griffith, con sus bodegas de vino o incluso con aquellos días en los que patrocinaba un equipo de motociclismo. Para los nuevos amantes del cine, esos que apenas han superado los veinte años (que también los hay), su nombre ya no dice gran cosa y queda casi reducido a ese mérito de haber sido el primero, de haber abierto un camino hacia poniente, uno que después siguieron Javier Bardem, Penélope Cruz, Paz Vega o Jordi Mollá, cada uno de ellos con resultados distintos.

Es una lástima que lo que más se vaya a recordar de él no sea esas otras ocasiones en las que también asumió riesgos importantes, como cuando se empeñó en llevar a cabo “Locos en Alabama” (Crazy in Alabama, 1999), su primer trabajo como director, donde consiguió sacar buenos momentos a su exposa y armar una película que tocaba ciertos temas alejados del tópico “macho latino” en el que muchas veces se le había encasillado en Estados Unidos y más fácilmente criticables o sujetos a polémica.

 

745ced7d5137dd440fb4ff906b4cf419Los últimos pasos en un futuro cercano

Tampoco resultaría una pérdida de tiempo revisar algunos de los proyectos que ha promovido como productor de la mano de su empresa Green Moon, no todos del mismo alcance, pero que sí reflejan un compromiso con ciertos aspectos que no son tan evidentes en su carrera más conocida. Cintas como “Tres días” (Francisco Javier Gutiérrez, 2008), sorpresiva y sorprendente triunfadora del Festival de Cine de Málaga de 2008, "El lince perdido" (Raúl García Sanz y Manuel Sicilia Morales, 2008), película de animación, o “Autómata” (Automata, Gabe Ibáñez, 2014), una ambiciosa idea de ciencia-ficción basada en textos de Isaac Asimov que sufre en su puesta en escena, son un currículum más que respetable como adorno final a esa etiqueta de “versátil carrera” con la que va firmado ese Goya de honor que recibirá en febrero de 2015.