'Los juegos del hambre: en llamas' o el reto imposible de las adaptaciones

'Los juegos del hambre: en llamas' o el reto imposible de las adaptaciones

Escrito por reyloren

Me hacen mucha gracia algunos fanáticos de libros que se adaptan al cine. Esos que si no ven la copia perfecta de su capítulo preferido en la gran pantalla, o que si le cambian el color de pelo a uno de los personajes, o incluso perciben que tal o cual conversación no incluye las cinco líneas exactas de diálogo que tenía en su formato original, se tiran de los pelos y maldicen a todo aquél que haya tenido algo que ver con esos pequeños cambios. Me hacen mucha gracia porque no entiendo cómo aún no se han dado cuenta de que un libro no es lo mismo que una película.

Lo que funciona en las páginas no tiene por qué hacerlo en la pantalla, puesto que se trata de formatos distintos con características muy, muy diferenciadas (sin ir más lejos, una novela puede consumirte un día entero mientras que una película empieza y termina en menos de 2 horas). 

Como buena lectora que soy, yo también echo de menos determinadas secuencias o me indigno si convierten a mi personaje preferido en alguien que poco tiene que ver con lo que imaginaba. Pero comprendo la mayoría de los cambios y, sobre todo, no echo fuego por la boca por detalles que al final resultan insignificantes. De ahí que no cesen de sorprenderme los fans indignados porque, según ellos, ‘Los juegos del hambre: en llamas’, no respeta la historia de Suzanne Collins en la que se basa.

e86a9406fab4c39f48c08ca2df4852d8Llega la revolución a 'Los juegos del hambre' (y a algunos fans)

Es así porque, habiendo leído el libro y visto la película, lo que más me ha llamado la atención es la fidelidad del filme al texto original. Las escenas, los diálogos… todo lo relevante de la novela aparece en la película. Incluida la demoledora frase que pone fin a la historia. Así pues no comprendo qué quejas pueden albergar los seguidores de la saga. Mucho menos cuando, a diferencia de otros títulos romántico-juveniles como ‘Crepúsculo’ o ‘Cazadores de sombras’, ‘Los juegos del hambre: en llamas’ sí es una buena película.

Su argumento es el más interesante de todos los conocidos del género: una sociedad dictatorial donde los vasallos deben entregar a sus hijos para que compitan en un juego mortal servido como espectáculo televisivo. Es cierto, debo admitirlo, que tanto libro como película desperdician el enorme potencial de esa trama violenta porque le conceden más protagonismo al triángulo amoroso que es la clave para atraer a los fans más jóvenes. Pero, aun así, la aventura funciona. Tiene acción, intriga y esconde una crítica social

cb2f14b750f3cab8cd42efa80aec948eHaciendo amigos en territorio hostil: manual de supervivencia regla número 1

Las claves del éxito

Por otra parte, la ambientación de Panem gusta (¿por qué el vestuario no ha recibido ninguna nominación a premios importantes?), la fotografía y la banda sonora convencen y el ritmo que Francis Lawrence impone a la historia es el idóneo para atrapar al espectador.

Pero lo que más diferencia ‘Los juegos del hambre: en llamas’ de otras fantasías románticas es su reparto: seleccionado no sólo por su cara bonita sino también por su eficiencia. Liderado por una Jennifer Lawrence que dota de gran personalidad a la heroína Katniss Everdeen y es, una vez más, lo mejor de toda la película.

b383ccd984e766e14717fc808a620918Jennifer Lawrence

Adaptar un éxito de ventas a la gran pantalla no es fácil, de ahí que hacerlo con extrema fidelidad y esforzándose por lograr un buen trabajo sea digno de elogio. Sin embargo, me temo que siempre sonará la voz de algún indignado que reclame que, en lugar de un solo vestido de novia, la cinta tenía que haber mostrado la decena de ellos que se mencionan en el libro. Lástima por él o ella, porque habrá estado muy ocupado para dejarse llevar por la magia del cine.

77769f517dd6558162a686a364eedd32El traje de novia de la discordia