Si te digo "hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana" seguramente te vengan a la mente imágenes de naves espaciales luchando entre sí, caballeros Jedi y un gigantesco ser peludo llamado Chewbacca; así como dos palabras: 'Star Wars' (o, si naciste antes de los 90, 'La guerra de las galaxias'). Pero que la mitad de una frase te evoque rápidamente la película a la que pertenece (o, más bien, la saga completa) no significa que seas un devorador de ciencia-ficción que tiene su propio muñeco de soldado imperial (o 'stormtrooper') en la estantería. No, porque el universo creado por George Lucas es desde el momento de su estreno un icono de la cultura popular (además de la Biblia de los denominados 'friquis').
Todos hemos visto una espada láser, reconocemos a R2D2 y sabemos que el villano de la máscara se llama Darth Vader. Pero, ahí va mi pregunta, ¿quién ha visto las películas completas? O, mejor dicho, ¿quién ha visto la trilogía original, la que arrancó en 1977, en algún momento después de cumplir los 15 años? Estoy convencida de que hay muchos, muchísimos, que levantarían ahora mismo la mano. Pero también creo que somos bastantes los que tenemos más fresca la parodia 'La loca guerra de las galaxias' (Mel Brooks, 1987) que la cinta original de George Lucas.
A estos últimos, entre los que me incluyo, va dedicado este post. Porque ya va siendo hora de recordar a qué se dedicaban Luke Skywalker y Han Solo en la galaxia y de paso averiguar por qué sus aventuras han levantado tanto revuelo. No basta con rememorar de vez en cuando un par de escenas, necesitamos ver las tres películas completas. El momento no puede ser más oportuno: en unos 7 meses estos personajes regresarán a la gran pantalla de la mano del director J.J. Abrams. Y no queremos contarnos entre los que no entienden de qué va la historia, ¿verdad?
Preparémonos para una memorable batalla en las estrellas
Punto de partida: la aventura
'La guerra de las galaxias' se refiere a la contienda que enfrenta al malvado Imperio con la resistencia. La acción arranca cuando este grupo de rebeldes se hace con los planos de la Estrella de la Muerte (otra unión de palabras que hemos escuchado infinidad de veces), una estación espacial capaz de destruir en segundos planetas enteros. La princesa Leia (y su icónico peinado que, por cierto, no recuerda tanto a una ensaimada como la cultura popular me había hecho creer) es capturada pero afortunadamente logra poner los planos a salvo. Los ha enviado en su robot R2D2 al planeta Tatooine, donde el encantador aparato, acompañado del androide C3PO, intenta localizar a Obi Wan Kenobi. Pero antes cruzarán caminos con Luke Skywalker y así comienza la aventura.
Hasta este punto, 'La guerra de las galaxias' (o, según la nomenclatura moderna, 'La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza') presenta los ingredientes necesarios para que la familia al completo disfrute con una aventura especial entretenida y colorida. Sólo que, pasados unos minutos, lo de colorida lo lleva hasta tal extremo que sé de alguno que se resistiría a seguir viéndola. Porque la galería de personajes estrambóticos que holgazanean en la cantina de Tatooine provoca tanta estupefacción como vergüenza ajena. Y 'Star Wars' pasa de ser una aventura para todos a una comedia pensada para niños y aficionados a la extravagancia (friquis)..
C3PO y R2D2, probablemente los robots más reconocibles del mundo entero
Afortunadamente, quienes no llevamos bien que una colección de seres imposibles ganen protagonismo (porque además nos recuerdan al odiado Jar Jar Binks de 'La amenaza fantasma' -George Lucas, 1999-, que por desgracia también tenemos más reciente), enseguida volvemos a la emoción de la aventura tradicional en cuanto Luke y compañía se suben al Halcón Milenario.
De la caricatura a la nostalgia
Es en este punto donde nos invade la nostalgia. Porque, por alguna extraña razón, esa imagen de la nave volando a la velocidad de la luz nos ha quedado grabada en la memoria desde el primer día que la vimos. Y nos trae tantos recuerdos de nuestra infancia (o adolescencia, o juventud o la etapa que cada uno viviera entonces) que ya nos resulta imposible despegarnos de la pantalla. Además, sabemos que Luke Skywalker (¿quién no conoce a Luke Skywalker?), Han Solo (¿alguien?), Obi Wan Kenobi ('the one and Obi'), Chewbacca (por favor), C3PO (obviamente) y R2D2 (no podía faltar) viajan en esa nave.
Chewbacca, Luke, Obi Wan y Han Solo a bordo del Halcón Milenario
Y que en el destino les esperan la princesa Leia (mítica) y el villano Darth Vader (apuesto a que prácticamente cualquier lista de malos del cine le incluye). Así pues, no sólo disfrutamos de la trama y nos sumergimos en nuestros recuerdos, sino que por unos instantes nos sentimos tan entusiastas del universo de George Lucas como cualquiera de sus fervorosos seguidores.
Un final épico
A partir de aquí, regresa la épica del cine de aventuras. Rescates, persecuciones, duelos entre viejos enemigos, huidas por los pelos, la suerte del héroe en el momento clave... Incluso asistimos a la clásica escena en un triturador y nos preguntamos si no será ésta la causante de que tantas otras películas hayan repetido la idea. También, por supuesto, descubrimos la tensión sexual no resuelta entre dos personajes aparentemente opuestos, un recurso que ha sido utilizado en el cine hasta la extenuación pero que sigue funcionando.
El trío protagonista, marcado para siempre por esta saga: Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford
Y así llegamos al desenlace. El enfrentamiento final entre el Imperio y los rebeldes que, personalmente, no figura entre mis partes preferidas del filme, pero que pone la semilla para las secuelas que vendrán después. Incluir ese gancho era una gran novedad en 1977 y, por tanto, una de las muchas razones de que 'La guerra de las galaxias' marcara un antes y un después en la forma de hacer y ver cine.
Además, quedaban cuestiones en el aire como la identidad del padre de Luke Skywalker o si el guiño de Han Solo a Leia tenía futuro. Las respuestas llegarían en 'El imperio contraataca' en 1980 y 'El retorno del Jedi' en 1983, pero de ellas hablaremos en otro momento.
Darth Vader es uno de los villanos más icónicos del cine, que hasta se ganó una trilogía extra para contar su historia
Un título imprescindible
Ahora toca centrarse en 'La Guerra de las Galaxias', en su combinación de épica, acción, nostalgia (casi 40 años más tarde) y caricatura. Y en cómo esa última escena emula el habitual final de una película Disney para dejar bien claro que esta es una historia de aventuras para toda la familia.
Hoy, en 2015, el filme escrito y dirigido por George Lucas es mucho más que eso. Es la piedra angular de una nueva religión, una película ganadora de seis premios Oscar que sin embargo tiene su mayor reconocimiento en los millones de fans en todo el mundo que siguen recordándola y coleccionando sus artículos de merchandising. Es el germen de una de las sagas más taquilleras de la historia y el inicio de una aventura que se retoma a finales de este año.
Quien no la haya visto aún debería hacerlo porque forma parte indispensable de nuestra cultura audiovisual y quien lo haya hecho pero ya no la recuerde, debería repetir porque, ante todo, 'La guerra de las galaxias' es una amena película que asegura un rato entretenido.
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