Review: La Tentación Vive Arriba (1955)

Review: La Tentación Vive Arriba (1955)

Escrito por Lucero

Marilyn Monroe es un mito del cine universal que alcanzó su cima en apenas unos fotogramas de la película que ahora reseñamos, “La Tentación Vive Arriba” (The Seven Year Itch, Billy Wilder, 1955). Sólo hicieron falta un vestido sugerente, unas piernas largas como hasta el infinito (y como esculpidas por Miguel Ángel), y un respiradero de metro que, quiso la providencia, levantó el vestido de nuestra Marilyn y la catapultó al Olimpo del cine, allí donde van los más grandes, los que cuyas escenas aún guardamos en nuestra retina. En este caso, aviso, el mito de la escena de Marilyn Monroe es mucho más grande de lo que vemos en la película, que pasa en apenas unos segundos, aunque a nosotros nos repitieron esa escena a cámara lenta, pudiendo apreciar cuán túrgidas y perfectas eran esas piernas que el viento de un tren de metro dejaba entrever. “La Tentación Vive Arriba” no es ni de lejos la mejor película del excelente Billy Wilder, aquel director que, como ninguno, supo rodar la verdadera comedia. No, no es una gran película, y luce defectos que a continuación reseñaremos, pero, ¡ay Marilyn! Sólo merece la pena su visionado por la contemplación de esta joven muchacha que irradia sensualidad a cada paso, a cada sonrisa, a cada parpadeo. El mito del cine se hizo inmortal en esta película. Dale al play y disfruta de Marilyn Monroe en todo su esplendor, en una comedia, eso sí, divertida y amena.

photo_8529.jpegUna rubia ingenua que irradia una tentación irresistible hasta para el hombre más felizmente casado, como es Richard Sherman.

El mito del cine universal

Hace unas semanas se cumplían los cincuenta años de la inesperada muerte de uno de los mitos femeninos del celuloide, si acaso el más grande, Marilyn Monroe. Debió de hacer suya la frase que se le adjudica erróneamente a James Dean, “muere joven y deja un bonito cadáver”, pues Monroe nos dejó cuando, en su madurez, quizá notó que ya nunca podía ser aquella muchacha que enamoró a millones de hombres en todo el mundo con sólo una sonrisa de sus labios. Su vida como actriz fue corta e intensa, y apenas vivió unos años en la cima, de los que van desde 1953, donde rodó “Niágara” (Henry Hathaway) y “Los caballeros las prefieren rubias” (Gentlemen Prefer Blondes, Howard Hawks) a 1959 cuando completó si acaso su más inmortal película, “Con faldas y a lo loco” (Some Like it Hot, Billy Wilder). Como vemos, “La Tentación Vive Arriba” se sitúa mágicamente en el ecuador de la fama de Marilyn, y por ello no es descabellado decir que fue aquella que más y mejor supo mostrar las virtudes y la irradiación sensual que la actriz provocaba. Vayamos ahora con la película.

photo_4793.jpegEl mito de Marilyn Monroe llegó al Olimpo con esta escena que está en la retina de todos los aficionados al cine.

La comezón de los siete años

Así es como puede traducirse el título original de la película, aunque, probablemente sólo por esta vez, creo que está más acertada la libre interpretación del título del español. “La Tentación Vive Arriba” sitúa a una joven y guapa muchacha, vecina de un corrector literario, en el punto central de la película. A pesar de que Marilyn no es quien colma todo el metraje, pues sólo aparece  como suerte de musa que hace enloquecer al protagonista, el espectador se pregunta, cuando no está ella en escena, cuánto va a tardar en aparecer esa imponente que vive arriba, como una tentación no sólo para Richard Sherman (Tom Ewell) sino también para todos nosotros.

Richard Sherman es un "Rodríguez". Recordemos aquella expresión más propia del landismo cinematográfico español (aquellas películas de Alfredo Landa y compañía) que del glamour de la exuberante Nueva York. De hecho, si hiciésemos un calco de esta película al cine español, con Alfredo Landa siendo Tom Ewell, Nueva York por Madrid y Marilyn por una exuberante sueca como aquellas que visitaban España en los años 60, no nos daríamos apenas cuenta y esta película del genial Billy Wilder apenas sufriría cambio. Pero la diferencia está en que ninguna sueca ni española podría haber sido jamás Marilyn, y en el momento en que está en pantalla, esta comedia divertida (pero lo justo) de Wilder se convierte en un mito.

Es injusto, sí, pues esta película no es, a mi parecer, ni siquiera una de las mejores de Billy Wilder. Un abuso continuado del monólogo (herencia de la obra de teatro en la que esta película se basa), un protagonista poco acertado, cierta lentitud y, sobre todo, poca Marilyn para todo cuanto podría habernos dado la actriz, que aparece con cuenta gotas y en un papel que le viene como anillo al dedo: el de rubia ingenua, casi boba, de sonrisa perfecta.

photo_9183.jpegUna Marilyn despampanante y un Tom Ewell a quien su pareja femenina le viene algo grande.

Richard Sherman se ha quedado trabajando en agosto mientras su mujer e hijos disfrutan de unas gratas vacaciones en la playa. Es la primera vez que se separa de su esposa en siete años de matrimonio, y por ello el título en inglés de la película, haciendo alusión al “picor” (o tentación)  que sufre el protagonista en el séptimo año de su matrimonio: conocer a su despampanante vecina, una sensual y risueña muchacha que vive en el piso de arriba.  La tentación que irradia esa muchacha en Richard es, a veces, enfermiza, creando situaciones divertidas que, por momentos, parecen muy sobreactuadas. Quizá sea problema del actor escogido (que ya hizo el mismo papel en la obra teatral), que, a gusto de un servidor, no da la altura en esta película y, por supuesto, tampoco hace una buena pareja con Marilyn. Si estuviésemos hablando de un Jack Lemon en lugar de un Tom Ewell, “La Tentación Vive Arriba” (The seven year itch, Billy Wilder, 1955) sí que sería, por seguro, una de las grandes comedias de la historia del cine.

Porque la comedia es de los protagonistas y aquí es donde falla la película. A Wilder sólo lo apreciamos en algunos magníficos diálogos, que asegurarán carcajadas. Aun así, a pesar de estas sombras, sólo la sensualidad de la ingenua vecina de arriba merece el visionado de los 100 minutos de esta película. Asistimos a un mito que va a tocar su cima aquí, elevada por el aire que expulsa el respiradero de metro.

photo_3420.jpegCartel de la película "La Tentación Vive Arriba" (Billy Wilder, 1955)