Review: La vida de nadie (2002)

Review: La vida de nadie (2002)

Escrito por Alejandro

No recuerdo muy bien las sensaciones y emociones que me produjo “La vida de nadie” (Eduard Cortés, 2002) cuando la vi por primera vez hace ya algunos años. Por aquel entonces yo desconocía los hechos reales en los que se habían basado Eduard Cortés y Piti Español para desarrollar la historia de Emilio Barrero y su familia. En aquel momento, es probable que pensara que estaba ante una sólida película, sostenida por una pareja protagonista solvente como José Coronado y Adriana Ozores y donde la irrupción de Marta Etura ponía en el mapa a una actriz que no ha hecho más que confirmar su talento a partir de ahí.

photo_4275.jpegLos protagonistas de La vida de nadie bordan sus papeles.

La fatalidad como motor

En cuanto a la película, el trío amoroso más clásico desvió mi atención de lo que realmente importa en “La vida de nadie”: ¿Es posible planificar una vida así o son las circunstancias las que te empujan? Porque los espectadores nos introducimos en la trama cuando la existencia de Emilio Barrero está a punto de descarrilar.

En una decisión muy inteligente de Cortés y Español centran la acción en esos motivos que van a llevar a desenmascarar al malvado protagonista. En ningún momento podemos llegar a empatizar con él porque sus pecados van más allá de la mera legalidad. Ha traicionado la confianza de sus más allegados, permitiendo que lo vieran no solo como alguien que no es, sino que lo tuvieran por alguien que ha alcanzado un nivel de vida alto tanto en lo personal como en lo profesional.

photo_3449.jpegNada parece apartar a la familia Barrero de la felicidad.

Resulta inverosímil creer que alguien pueda hacer algo así. Tanto por la parte de crear una vida en torno a un personaje que en realidad no existe (tenía que saber que las consecuencias de sus actos iban a acabar alcanzándole tarde o temprano) como que lo haya hecho delante de las narices de sus seres queridos sin que ninguno llegara a sospechar de la magnitud del engaño. En realidad, aunque nos duela reconocerlo, cualquiera podría ser víctima de algo similar si se dan las condiciones adecuadas. Aceptamos las historias más inverosímiles porque, simplemente, nadie podría inventarse algo tan poco probable.

-¿Quién eres tú?

-Yo no soy nadie.

De El adversario a La vida de nadie

Esa duda entre lo que es y lo que parece y como nadie fue capaz de descubrir la magnitud del engaño, que, por otra parte, habría caído por su propio peso ante la más mínima indagación es la mayor virtud de la adaptación de la novela “El adversario” de Emmanuel Carrère que supone “La vida de nadie”.

El libro se basa en el relato de la vida de Jean-Claude Romand que, tras fingir toda su vida que era un médico de éxito, acabó asesinando a su mujer, sus dos hijos y a sus padres e intentó acabar con la vida de su amante. Intercaladas por el medio de los hechos aparecen las reflexiones y preguntas que también salpican “La vida de nadie”, aunque la acción, el desenmascaramiento de Emilio Barrero, hace que resalten los detalles (la infidelidad, la mentira a todo el que lo rodea) por encima de la realidad cotidiana de una persona que, al fin y al cabo, pasaba la mayor parte del día solo fingiendo vivir una vida que no existía.

photo_1620.jpegTodos idolatran a ese Emilio Barrero que en realidad no existe.

¿Por qué?

Carrère se pregunta por qué. Que lleva a alguien a fingir su propia vida, una vida abocada inevitablemente al desastre. José Coronado tampoco encuentra las palabras cuando debe explicarse ante su mujer.

“Por primera vez en muchos años estoy diciendo la verdad… y no es tan difícil.”

Para nosotros queda elegir nuestra respuesta. Podemos convertirlo en un monstruo sin sentimientos, caprichoso, que eligió vivir una vida que no le correspondía a costa de los recursos de sus seres queridos y al que solo un nuevo capricho, esta vez en forma de joven amante, acabó por derrotarle. O no.

photo_8848.jpegTodo se desmorona cuando el protagonista quiere vivir una "vida real".

Puede que la respuesta sea que no hay respuesta y tanto “El adversario”, intentando construir una vida de la que solo existen retazos y muchas mentiras, como “La vida de nadie”, resolviendo la trama con un triángulo amoroso, nos muestran a un hombre cobarde, mentiroso, siempre solo y angustiado pero, sobre todo, humano.  

Angustia y premeditación

Muchos son los aspectos sobresalientes de “La vida de nadie”. Los actores lo bordan, incluso el pequeño Adrián Portugal, en el papel de Sergio Barrero. Un niño que idolatra a su padre y que es lo único real que ha hecho en toda su vida. Esta confrontación con la realidad va a ser la que desemboque en el único verdadero acto de valentía que va a realizar Emilio Barrero en toda la película.

photo_7517.jpegLos cara a cara ponen de manifiesto el talento de los actores.

El papel de Eduard Cortés y su equipo se centra en subrayar las emociones. No tanto en los enfrentamientos personales. Aunque el cara a cara entre Adriana Ozores y Marta Etura (con la cámara situada a la espalda de cada actriz) refleje la tensión del descubrimiento que está realizando la esposa.

Los movimientos más llamativos de esa cámara son siempre los que cierran cada secuencia. Con el punto de vista alejándose de ese personaje que no es nadie en realidad, algo que el propio director se encarga de enfatizar en los momentos más dramáticos de la película. Dejándolo sentado en el parque, confiado en que su engaño permanecerá por siempre. Desde el banco en el que estaba sentado cuando vuelve corriendo a su supuesta vida real o cuando queda, solo y desesperado, en el hall del Banco de España en un plano general en el que se le ve y se le percibe muy, pero que muy pequeño. Son siempre planos forzados y significativos con los que se pretende hacer avanzar la trama a partir de emociones y gestos muy definidos.

photo_9481.jpegLos movimientos de cámara enfatizan el devenir de la vida que Emilio Barrero se ha creado.

Y después…

Podría ser un tema interesante para otra película. Una especie de “La vida de nadie 2”. Que queda después de que pase toda esta historia (respetaremos a los que todavía no la hayan visto y no diremos en qué consiste el acto final). ¿Cómo van a poder afrontar el resto de sus vidas la familia de Emilio Barrero?¿Quiénes son en realidad los familiares de un fantasma? ¿Cómo sales a la calle después de que todo lo que dabas por sentado se haya desvanecido? Porque esta es la reflexión principal que nos puede dejar “La vida de nadie” (Eduard Cortés, 2002). Todo aquello que damos por sentado, aquello sobre lo que cimentamos nuestro día a día puede haber sido edificado sobre la nada, dejando a merced de la angustia, la desesperación y las preguntas sin respuesta, esas que nos impiden seguir adelante.