'El indomable Will Hunting' y la brillantez de Robin Williams

'El indomable Will Hunting' y la brillantez de Robin Williams

Escrito por reyloren

Existen múltiples, variadas y sorprendentes razones por las que un jurado decide entregar su premio a un actor determinado. En ocasiones el motivo hay que buscarlo en el peso que el actor tiene en la industria, o en alguna injusticia cometida con respecto a su filmografía anterior; en otras no es necesario pensar en razones porque el trabajo galardonado destaca de manera obvia. Pero en estos casos suele haber un instante, habitualmente una escena, donde el premiado brilla de tal forma que con ese único momento merece cualquier reconocimiento. Y entonces el resto, por muy sobresaliente que sea, no importa, porque el actor ya se ha metido al jurado en el bolsillo y será difícil que opten por otro que no sea él.

Y todo esto me sirve para hablaros deEl indomable Will Hunting, una película preciosa, contundente, amena… de la que, si tuviera que rescatar una escena, elegiría sin duda un discurso del personaje interpretado por Robin Williams que en su día dejó sin opciones a los rivales del actor en la carrera por el Oscar. Porque sólo por esa breve escena –la mejor, pero no la única memorable-, el actor de Chicago se aseguró el que sería el primer y último premio de la Academia de su carrera. Y sólo por ella, el filme que rodó Gus van Sant en 1997 merece ser recordado y que vuelvas a verlo.

robinwilliams-park.jpgSean Maguire (Robin Williams) pronuncia un discurso inolvidable en el parque

No voy a negar que quizás exagero. Únicamente quería mostrarte lo potente y convincente que resulta Robin Williams en la piel de ese piscólogo de vuelta de todo que es Sean Maguire. A mí, que sin ser muy consciente de ello siempre busco que me emocionen, el discurso de Sean sentado en un banco del parque junto a Will Hunting (Matt Damon) me pone la piel de gallina. E incluso me dan ganas de levantarme del asiento y aplaudir. De dedicarle, si fuera otro contexto, uno, dos y hasta tres ‘olés’.

Se produce en esa escena una combinación de factores que la hacen inolvidable. La mirada triste de Williams; el azul cautivador de sus ojos; los gestos casi imperceptibles de su boca; la seguridad con que, en su papel de mentor, le dice a Will aquello que nadie antes se había atrevido a decirle; la cámara que muy lentamente se mueve para revelarnos la reacción del joven… Por más que la vea una y otra vez, no me canso de ella.

robinwilliams.jpgRobin Williams, inmenso

Frescura intacta

Decía antes que exagero porque lo cierto es que la mencionada escena no es una isla en ‘El indomable Will Hunting’, sino que toda la película, de principio a fin, es una auténtica maravilla.

Si el Oscar de Robin Williams es merecido, también lo es el que se llevaron dos jovencísimos Matt Damon y Ben Affleck por el guion de la cinta. Porque se trata de un libreto original, llamativo, emocionante, repleto de frases memorables y que dibuja situaciones con gran fuerza dramática. Un ejemplo es, por supuesto, el discurso de Sean en el parque, pero hay más: la cita que Will le propone a Skylar, el consejo que Chuckie (Affleck) le da a su amigo, los recuerdos que Sean atesora de su esposa… Han pasado casi 20 años y la historia y los diálogos de ‘El indombale Will Hunting’ mantienen su frescura y su efectividad intactas. Si eso no es premiable, no sabría decir qué lo es.

goddwillhunting-friends.jpgAdemás de Ben Affleck y Matt Damon, a la derecha, participan en la cinta el hermano de Ben, Cassey Affleck, y Cole Hauser

El joven problemático que hizo historia

‘El indomable Will Hunting’ nos presenta a Will, un chico de barrio rebelde y autodestructivo que esconde una mente genial, en el sentido literal de la palabra. Un respetado profesor de matemáticas lo descubre y lo acoge bajo su tutela. Pero para que Will pueda evitar la pena de cárcel a la que se enfrenta, el juez obliga al joven a mantener una serie de sesiones con un terapeuta. Y ese terapeuta es Sean Maguire.

El guion es inteligente, las actuaciones de los jóvenes Damon y Affleck resultan convincentes, Minnie Driver (que interpreta a la novia de Will) conquista sin esfuerzo aparente, y la cámara de Gus Van Sant exprime al máximo la emotividad de la trama. También destaca la banda sonora de Danny Elfman, una composición que fácilmente eriza la piel y arranca alguna lágrima incluso si la escuchamos fuera de contexto. Por cierto, todos ellos: Damon y Affleck como guionistas, Damon y Driver como intérpretes, Van Sant como director, Elfman como músico, y por supuesto la película en su conjunto, recibieron nominaciones a los premios Oscar. Matt Damon, además, ganó el Oso de Plata al logro individual en el Festival de Berlín de 1998.

willhunting-genius.pngMatt Damon entró en Hollywood gracias a Will Hunting

Pero por muy buen trabajo que hicieran los demás, la joya de ‘El indomable Will Hunting’ sigue siendo Robin Williams. En cierto modo, su personaje de Sean Maguire representa lo que el actor era, o aparentaba ser, en la vida real: un tipo simpático y cercano que escondía mucha amargura. Porque pese a su faceta para la comedia y el histrionismo, Williams quedó inmortalizado en papeles más serios y complejos como los de Sean o el profesor de ‘El club de los poetas muertos’. Y aquí llega el momento de recordar que Williams, a quien muchos apodaban el ‘payaso triste’, falleció víctima de una depresión hace ahora dos años.    

Creo que, después de escribir estos párrafos, empiezo a pensar en ‘El indomable Will Hunting’ como una de las películas imprescindibles de la década de los 90. No recuerdo bien la primera vez que la vi, pero sé que me gustó, aunque no tanto como la última, hace apenas unos días. Y que un filme rodado hace 18 años siga conquistando y emocionando con apabullante facilidad, sólo puede significar que estamos ante una joya del séptimo arte.

minniedriver-mattdamon.jpgMinnie Driver y Matt Damon. El romance no puede faltar en una gran película