Adiós a Robin Williams (1951 - 2014)

Adiós a Robin Williams (1951 - 2014)

Escrito por reyloren

La muerte de Robin Williams no es la de un actor cualquiera. Es el adiós a un genio de la comedia, el drama y la caracterización que ha brillado con luz propia en el Olimpo de Hollywood. Y es también la pérdida de uno de los grandes para esa generación que crecimos entre los 80 y los 90 y que hemos tenido en la anárquica personalidad de Robin Williams un testigo de las etapas más importantes de nuestra vida. Nos hizo soñar en la inocencia de la niñez, cobrar valor en la rebeldía de la adolescencia y estremecernos en el hastío de la vida adulta. Y hoy, quizás por primera vez en lo que recordamos, nos enfrentamos a darle el último adiós a un intérprete que hemos conocido desde siempre y hasta el último día.

Robin McLaurin Williams tenía 63 años, esposa y tres hijos y era natural de Chicago. Se dio a conocer en televisión gracias al alienígena Mork, a quien interpretó en la serie 'Días felices' (1978-1979) primero y en el 'spin-off' 'Mork y Mindy' (1978-1982) después. A continuación saltó a la pantalla grande y encadenó un par de papeles memorables, como 'Popeye' (Robert Altman, 1980) o 'El mundo según Garp' (George Roy Hill, 1982), hasta que en 1987 le llegó su gran oportunidad y, con ella, su primera nominación al premio Óscar y una de sus frases más célebres: 'Good Morning, Vietman'

c9fcb9bdd70b79a9c15577cf9087b8e1Robin Williams haciendo de sí mismo en 'Good morning, Vietnam'

En la película de mismo título que dirigió Barry Levinson, Williams encarnaba al irreverente locutor Adrian Conauer, destinado a la estación radiofónica de una base estadounidense en Vietman, y con quien explotó al máximo su capacidad de hacer voces, hablar a distintas velocidades y construir un alocado discurso basado en la improvisación. Su habilidad con el habla era, precisamente, su seña de identidad como cómico y actor. Por mucho que algunos le recordemos por sus gestos exagerados, lo cierto era que Robin Williams hacía reír más cuando abría la boca y daba rienda suelta a su verborrea. 

Verborrea que fue contenida en su siguiente interpretación estelar (también nominada al Óscar), la del inolvidable profesor de literatura John Keating en un selecto colegio masculino. 'El club de los poetas muertos' (Peter Weir, 1989) fue uno de los mejores trabajos de toda su trayectoria y la película con la que esa generación de los 80 y 90 le vimos por primera vez. Ya fuera en como actividad complementaria al estudio en las aulas del instituto, en el cine o en el salón de nuestra casa, aprendimos el valor de la libertad, la emoción y las palabras escritas. Y por eso hoy somos muchos los que no hemos podido resistir la tentación y hemos entonado 'Oh capitán, mi capitán' subidos a una mesa. 

f14c70baa603614dad7b8822f178f220Su personaje más memorable, el profesor Keating

Héroe del cine familiar

Más adelante le tocó al público infantil de descubrir el talento de Robin Williams. Y con 'Hook. El capitán Garfio' (Steven Spielberg, 1991), donde interpretaba a un crecidito Peter Pan; 'Aladdín' (Ron Clements y John Musker, 1992), donde hacía de la locución para películas animadas todo un arte gracias a su personificación del Genio; 'Señora Doubtfire' (Chris Columbus, 1993), donde demostraba su capacidad para meterse en la piel de todo tipo de personajes; y 'Jumanji' (Alan Parrish, 1995), donde encarnaba al señor simpático que a todos nos gustaría tener de vecino; Robin Williams se convirtió en uno de los rostros más habituales del cine familiar

Entretanto, encontró hueco para rozar por tercera vez el Premio de la Academia con 'El rey pescador' (Terry Gilliam, 1991). Pero el Óscar no llegaría hasta 6 años más tarde, con su primera nominación en la categoría de actor secundario por la genial 'El indomable Will Hunting' (Gus van Sant, 1997). Robin Williams se salía de su registro habitual y optaba por la contención para dar vida al psicólogo Sean Maguire, un personaje en la línea de John Keating que enseñaba al protagonista de turno un par de valiosísimas lecciones sobre la vida. 

5dc462ce6d50fb01a32d61e1647e7734Emocionado con su merecido Óscar

Otro registro

Unos pocos años más tarde, Williams exploraba su vertiente más tenebrosa con 'Insomnio' (Christopher Nolan, 2002) y 'Retratos de una obsesión' (Mark Romanek, 2002), donde dejaba bien claro que no sólo era un cómico y un tipo simpático, sino sobre todo un actor camaleónico.

Desde entonces Robin Williams ha seguido apareciendo en la pantalla grande con frecuencia, sobre todo en papeles secundarios y comedias pero sin dejar mucha huella. Ha dado vida, literalmente, a la figura de Theodore Roosevelt en las dos películas estrenadas de 'Noche en el museo' y a finales de este año le veremos repetir en la tercera entrega de la saga, uno de sus tres trabajos póstumos.

99024ead16a9b98140641b82398f26a3Robin Williams también hizo de villano. Aquí, en 'Retratos de una obsesión'

El payaso triste

De Robin Williams se ha hablado mucho estos días y se le ha definido con multitud de adjetivos. Pero el calificativo que mejor define tanto su trayectoria como su vida personal, marcada por adicciones a las drogas y depresiones, es el del 'cómico de la mirada triste'. Un tipo que hizo de la risa su arma para conquistar la industria del cine y también un armazón para disimular sus pesares. Pesares que al final han terminado con su vida un 11 de agosto. Dicen que llevaba semanas luchando contra una profunda depresión y al final no pudo más

Se va el capitán, el genio, la niñera, el locutor... pero su huella en el séptimo arte y en el corazón de todos los espectadores que con esfuerzo se ha ganado durante décadas... será imborrable.

a1e1c4488aea3ed76b1bad0e5962e206Una sonrisa y una mirada inconfundibles