Tierra prometida (2012)

Tierra prometida (2012)

Escrito por reyloren

El fracking está de moda. Se trata de una técnica que favorece la extracción de gas y/o petróleo del suelo en terrenos donde hasta entonces no era posible y que, por lo tanto, supone un impulso económico para las zonas donde se desarrolla. El fracking se practica en Estados Unidos desde finales del siglo XIX, pero ha cobrado relevancia con la extracción de gas no convencional, es decir, gas que sólo es accesible mediante esta técnica. En España comienza a ser conocido ahora y el debate sobre sus beneficios y efectos adversos se ha ido extendiendo por todo el planeta. El fracking consiste en inyectar agua y materiales químicos al subsuelo para provocar la fracturación del sustrato que encierra los fósiles y posibilitar así su extracción. Como toda intervención del hombre en la naturaleza, esta actividad acarrea peligros medioambientales. En este caso, la contaminación del subsuelo, las aguas y la atmósfera.

¿Y por qué esta breve lección sobre fracking Porque es el tema principal de ‘Tierra prometida’, la película que ha vuelto a reunir al director Gus Van Sant con el guionista y actor Matt Damon, 16 años después de ‘El indomable Will Hunting’, título por el que el primero recibió su primera nominación al Óscar y Damon ganó su única estatuilla hasta el momento gracias al mejor guión original. El filme, además, presenta a otro intérprete metido a guionista, John Krasinski, conocido sobre todo por su personaje en la comedia televisiva ‘The office’.

photo_9916.jpegMatt Damon escribe y protagoniza 'Tierra prometida'

Ventas en el campo

‘Tierra prometida’ cuenta la historia de dos empleados de una multinacional, a quienes dan vida Matt Damon y Frances McDormand, que viajan a un pequeño pueblo granjero para convencer a sus habitantes de la necesidad de vender sus tierras para la extracción de gas. Aunque el trabajo parece sencillo, la firme y convincente oposición de uno de los vecinos de la localidad así como la aparición en escena de un testarudo ambientalista, complicarán la misión.

La película se estrenó a finales del año pasado en Estados Unidos, pero pasó prácticamente desapercibida para el gran público en general y las asociaciones que otorgan premios en particular. A principios de 2013 volvió a sonar debido a su participación en el Festival de Cine de Berlín, pero finalmente ha pasado por el certamen sin pena ni gloria hasta que hace unas pocas semanas ha aterrizado en las salas de nuestro país.

Algunos críticos la han tildado de floja, inocente y convencional. Otros, junto con meros aficionados como yo, han disfrutado de un filme correctísimo que no sólo plantea un debate trascendental en el momento que vivimos sino que además cuenta una historia bien hilvanada e interpretada que deja esa agradable sensación de trabajo bien hecho.

photo_9053.jpegJohn Krasinski y Frances McDormand, claves en la evolución del personaje de Damon

Clichés efectivos

‘Tierra prometida’ se mueve entre las directrices clásicas del séptimo arte y los clichés del producto ‘made in Hollywood’ con soltura y sin agotar al espectador que a estas alturas ha consumido muchísimo cine. Es decir, no innova ni arriesga e incluso en algunos momentos se torna muy previsible, pero agrada y convence hasta el punto de que nos permite hablar de una buena película.

Por ejemplo, el personaje que se reserva Matt Damon, Steve Butler, es el típico joven ambicioso que verá cómo cambia su concepción del mundo que le rodea en el lugar donde menos lo espera, es decir, en ese pequeño pueblo granjero al que ha tenido que acudir con ropa nueva para no desentonar demasiado. Sin embargo, a pesar de que la evolución de su personaje es convencional, disfrutamos con ella.

photo_4490.jpegEl romance que no podía faltar

Otro cliché es el triángulo amoroso entre el propio Steve, la maestra del pueblo, a quien da vida una encantadora Rosemarie DeWitt, y el ambientalista al que pone rostro John Krasinski. Un tópico de los melodramas como éste que se salva con mucha ternura, complicidad entre los actores y un toque de romanticismo que nunca sobra.

La trama de ‘Tierra prometida’ también incorpora al sabio mentor, un breve pero efectivo Hal Holbrook; y la nota cómica que aporta Frances McDormand y su maternal Sue Thomason. Todos ellos son elementos comunes en esta clase de cine que en el filme de Gus Van Sant funcionan muy bien.

Pero el guión de Damon y Krasinski no se ciñe exclusivamente a los recursos habituales y contiene alguna sorpresa argumental que hace más atractiva la trama. Además, aprovecha el humor de los personajes y ciertas situaciones para provocar alguna que otra sonrisa cómplice en el espectador que, al fin y al cabo, son las que consiguen que una película permanezca en la memoria.

photo_4586.jpegUna pareja con química

A buen ritmo

Por otra parte, la cinta mantiene un ritmo pausado que permite disfrutar de los verdes campos y la tranquilidad que debe respirarse en ese pequeño pueblo granjero. Un ritmo que también favorece la cercanía de los personajes y nos ayuda a empatizar con ellos.

Al final, lo de menos es la necesidad de extraer gas natural mediante el fracking, ya que el filme falla en explorar sus virtudes y defectos. De hecho, parece decantarse más por poner de relieve las estrategias de dudosa moralidad que emprenden algunas multinacionales para lograr sus objetivos que por hablar de daños medioambientales.

En realidad, los pilares de ‘Tierra prometida’ son sus personajes y cómo las relaciones que mantienen entre sí influyen en sus decisiones. No transpirará la magia de ‘El indomable Will Hunting’ ni explorará formatos arriesgados como ‘Elephant’, también de Gus Van Sant, pero convierte un argumento propio de telefilme de sobremesa en la clave de una buena película que entretiene, divierte y provoca la reflexión.

photo_6289.jpegLa tierra prometida