The unspeakable act

The unspeakable act

Escrito por alejandro

¿Cómo es posible que una película como “The uspeakable act” (Dan Sallitt, 2012) sea el paso lógico en la carrera de un cineasta? Una película que se basa en el amor (romántico) que siente una joven por su hermano. Un detalle que no le es ajeno al propio hermano ni al resto de su familia. En la que los diálogos tratan abiertamente el tema y en ningún momento se cae en el juego morboso de ver si el acto innombrable llega a producirse o no. Todos los temas pueden tratarse, pero sin tener que recurrir a efectismos o a forzar encuentros ambiguos, ya que jugar con los límites no es el único recurso.

El camino

La obra de Dan Sallitt no es muy prolífica. Apenas tres largos en quince años, el primero de ellos cuando Sallitt ya superaba la cuarentena. Un camino que arrancó con “Honeymoon” (Dan Sallitt, 1998) y siguió con “All the ships at sea” (Dan Sallitt, 2004) y en el que ya quedaron patentes las inquietudes y el estilo del director norteamericano. Estamos ante películas en las que se trabaja a partir de la confrontación (los recién casados en la primera y dos hermanas en la segunda), pero donde se intentará, a partir de largas conversaciones, lograr que las personas se abran, consigan sacar aquello que las bloquea y puedan seguir adelante.

b49745c855e86127863f62f1a02da047Dan Sallitt no agobia a sus personajes para que puedan llegar a abrirse totalmente.

Serán siempre conversaciones o momentos en los que no se abusará de la expresividad del primer plano, sino que la cámara se mantendrá a una cierta distancia. La postura, el gesto, la protección o el espacio serán parámetros que los interlocutores utilizarán para protegerse o para mostrar bien sus emociones, bien su incapacidad para sentirlas o expresarlas.

El hecho de que tanto “Honeymoon” como “All the ships at sea” compartan tanto actores (Edith Meeks o Dylan McCormick) como localizaciones (la misma casa al borde del lago en algún lugar remoto de Pennsylvania) enfatiza la sensación de unidad que desprende toda la obra de Dan Sallitt. Estamos ante algo más que la respuesta a una limitación presupuestaria, puesto que comienza a sembrar en nosotros conexiones según el tipo de intimidad, las interpretaciones, los cambios de rol o el desarrollo de situaciones extremas tratadas de un modo tranquilo y profundo.

0b44e615cfb7581bb95c19552e4739eeLa intimidad entre los personajes es total, y no solo en el plano físico.

El volcado sobre “The unspeakable act”

Después del necesario período de maduración y reflexión se podría decir que “The unspeakable act” era un movimiento inevitable para Dan Sallitt. Una película que amalgama todos los aspectos desarrollados por él, pero donde el director quiere ponérselo un poco más difícil y, también, exigirnos más a nosotros como espectadores. Porque resulta complicado que obviemos la premisa básica de la trama. Jackie (Tallie Medel) está perdidamente enamorada de su hermano Matthew (Sky Hirschkron) y debe enfrentarse a la convivencia día a día. Tiene que aceptar las posibles relaciones, gestionar sus celos y necesidades o afrontar su marcha a la universidad.

Ella, como nosotros, debe lidiar con un problema que genera un evidente rechazo (su hermana Jeannie, Katie Schwartz, es la que más explícitamente expresa su disgusto), e intentar superarlo pero sin que se genere una ruptura en su entorno familiar. Mientras ambos eran pequeños, solo parecían dos hermanos muy unidos, pero una vez ambos empiezan a ser conscientes de sus cuerpos y sus sentimientos sabe que un paso en falso puede destruir la relación con su familia.

b8a517393478e1f6e0b1321217681d4cJackie deberá aprender a aceptar ayuda para poder seguir adelante.

La respuesta de su familia (hermano, madre, hermana) es como la propia película, tranquila. Apoyan a una persona a la que quieren por encima de todo, sin estigmatizarla ante un caso en el que lo importante no es buscar culpables, sino encontrar soluciones. Por eso su madre, Aundrea Faures, permitirá situaciones íntimas (nunca sexuales), porque entiende que su hija tiene la necesidad de estar cerca de su hermano y acabará convenciéndola de que acepte la ayuda de una profesional. Con la mira puesta en una solución que, si llega, será siempre de un modo natural, con tiempo y sin reprimir aquello que se siente. Una conclusión, o enseñanza, inusual, por lo razonable, lógica y ajena a la solución inmediata, en el mundo actual, y aquí ya no estamos hablando solo de cine.

Fuera del entorno más cercano, el problema, básicamente, no existe y Jackie puede explorar otras opciones. Primero de un modo intuitivo, ella sola, mientras trata de gestionar sus celos e inseguridades y después de una manera más madura, a partir de que el proceso de superación esté más avanzado.

Dan Sallitt conserva en “The unspeakable act” el modo de hacer avanzar la trama visto en “Honeymoon” o “All the ships at sea”. No hace falta apresurarse, los planos fijos o con movimientos muy suaves de la cámara y conversaciones largas y pausadas en las que se hablará de todo, pero sin estridencias. Ni siquiera los inevitables berrinches vendrán acompañados de gritos. 

643e65a691bbddd546370945960e51caA pesar del punto de partida, es inevitable que empaticemos con Jackie.

Es un entorno controlado en el que el único comentario un poco salido de tono de Jackie generará una rápida reacción negativa de su hermano, volcado con su hermana pero siempre consciente de la línea roja que nunca va a cruzar. Nosotros mismos como espectadores entendemos (y Jackie también, arrepintiéndose un segundo después de haber pronunciado las palabras) que es un juego que queda fuera de la actitud de ambos. Siempre apoyarán a un ser querido que se enfrenta a una situación muy dolorosa, pero sin juegos ni dobles sentidos que abran la puerta a afrontar el problema de otro modo.

“The unspeakable act” (Dan Sallitt, 2012) es una película muy racional, algo que contrasta con las trabas que Dan Sallitt se había autoimpuesto. Un caso que se presta a reacciones airadas en contra, a repugnancia (yo mismo debo reconocer que antes de verla, solo una enfervorizada recomendación me ayudó a superar mis prejuicios) y en el que parece imposible que podamos empatizar con la desdichada protagonista. Un oasis de reflexión en medio de una vorágine de de datos, impulsos y reacciones que podrían haber derivado en otra película indudablemente más morbosa pero también seguro menos interesante.