Review: La Buena Nueva (2008)

Review: La Buena Nueva (2008)

Escrito por Lucero

"La Buena Nueva" (Helena Taberna, 2008) es la historia de una tragedia. La tragedia de la muerte de unos ideales y de la represión que conlleva haber caído de parte del bando vencido cuando hay una guerra de por medio, la Guerra Civil Española. Históricamente nos encontramos ante una España republicana que está a punto de dejar de serlo. El protagonismo lo centra un pequeño pueblo navarro, Alzania (en 1936), un lugar que desde los primeros minutos de metraje se nos advierte como profundamente rojo (usando el calificativo despectivo que utilizarán los vencedores).

Miguel, un cura joven que viene de Roma

Éste es el protagonista. Miguel (Unax Ugalde) es un cura idealista al que le ha sido destinada la parroquia del pueblo. El obispo, un personaje un tanto ambiguo, como veremos más adelante, le advertirá, tras una partida de pelota vasca, que Alzania es un pueblo del que el anterior párroco ha tenido que huir por sus desavenencias con los vecinos y con el alcalde, que es socialista. La enemistad entre los sectores de izquierda y la Iglesia fue una constante en el periodo de la II República española, y ya se nos muestra aquí de primeras. 

Miguel, ajeno quizá al problema religioso que se ha vivido en el periodo republicano, debido a su estancia en Roma, parece no ser consciente de la gravedad de la situación. Miguel encontrará su mayor cómplice en Margari (Bárbara Goenaga), la maestra del pueblo, quien está casada con el médico, Antonino (Guillermo Toledo), un hombre profundamente socialista que va a misa sólo para contentar a su mujer. Y es porque ésta es, a su vez, profundamente religiosa.

photo_6506.jpegLa relación entre Miguel y Margari comienza a ser, desde el principio, muy especial.

Estalla la Guerra Civil Española

La primera misa de Miguel como párroco de Alzania, con una Iglesia reluciente, la interrumpe la Guerra. En tropel entran en el pueblo los falangistas armados, como una tropa invasora en una patria extraña. Los sublevados van hacia la casa del pueblo y al Ayuntamiento, y tiran libros, banderas y los carteles republicanos. La resistencia roja es inexistente (hay tan sólo un breve intercambio de disparos) y el alcalde huye del pueblo. Victoriosos, los falangistas marchan entre gritos de ¡arriba España!, y con el brazo en alto fascista. 

La celebración de la breve toma de Alzania es realizada, hermanados, tanto por falangistas como por carlistas. Y es que es en esta película, como en ninguna otra sobre la Guerra Civil española, donde mejor se retrata esa extraña hermandad de dos de los componentes sociales y militares con los que contó Franco, el falangismo y el carlismo, que sólo se dio en la zona norte de España debido a la implantación carlista que aún se conservaba allí. Esta relación, lejos de ser tranquila y armonizada, no estará exenta de dificultades debido a las enormes diferencias que separaban a ambos contingentes unidos bajo el mismo bando.

photo_3282.jpegSí, el famoso cantante "Loquillo", en una muy buena actuación secundaria, es uno de los falangistas que han tomado el pueblo

Antonino, el marido de Margari, sabedor de que no iban a tardar en atraparlo, decide huir del pueblo. Muchos de los reconocidos republicanos y socialistas ya han sido detenidos, y los que no, han huído. Como Antonino, el marido de Margari, quien deja a su mujer con la promesa de volver "cuando todo aquello pase". Pero Miguel se lo encontrará tirado en una cuneta, junto con otros dos cuerpos. Acababa de dar comienzo la sangrienta represión de Alzania, hilo principal de la película y nexo en común de todos los protagonistas del film.  

El cura comprometido

photo_1230.jpegMiguel, que siempre se mantuvo neutral, comienza a comprometerse cada vez más con la tragedia de Alzania y con la de sus mujeres, prematuras viudas ante la muerte de sus maridos.

Miguel, que hasta entonces se había movido en un territorio neutral, sin ninguna acción, comienza a implicarse entre los republicanos, lo que le hace ganar rápidamente la enemistad de los falangistas. Así, cuando éstos descubren que el cura estaba ayudando a refugiados, deciden eliminarlo. En mitad de la noche lo despiertan y se lo llevan con la excusa de "confesar a unos prisioneros". Se libra de la muerte cuando uno de los capturados le roba el arma a su captor y se libera, tras lo cual hay un intercambio de disparos, donde muere uno de los republicanos y los falangistas.

Se produce el final de la guerra, que nos llega en la película en forma de desfile de la victoria, congregando en la plaza del pueblo a todos los afines al nuevo Régimen. La bandera de la Falange ondea alto y claro junto a la de España y la Carlista, haciéndoles a todos ver cuál ha sido, al fin, el poder victorioso. Mientras el pueblo celebra la Victoria, con vítores y música, Miguel, que ya no es el párroco del pueblo, pues ha sido sustituido, organiza una procesión junto con las mujeres de los fallecidos, con el objetivo de rendir honores a sus maridos. Se dirigen a una sima en el monte donde los falangistas tiraban los cadáveres que asesinaban. Se establece un paralelismo entre ambas escenas de las cuales podemos establecer muchos significados. El desfile de los vencedores es potente, fuerte y triunfal. A ellos le siguen un grupo numerosos de mujeres, cabizbajas, haciéndonos ver que en realidad la victoria fue sólo de los hombres implicados, y no del pueblo entero. La celebración de la Victoria ejemplariza a la perfección la conformación del bando victorioso en la Guerra, donde interactúan falangistas, carlistas, ejército y clero, así como el común de una población sumisa para con los victorioso. Del otro lado, por el monte (cuya visita resulta una constante en la película) Miguel encabeza otro desfile, el de las vencidas, en un caminar silencioso, penitente y triste.

Son ambas escenas contemporáneas en el film las que sirven de moraleja final: que el desenlace de la guerra significó el triunfo de una España sobre otra, pero que ésta otra, y a pesar de lo que el régimen intentó, nunca fue olvidada. Porque las mujeres siempre continuaron visitando la sima de los cadáveres, donde descansaban no sólo los cuerpos de los asesinados, sino el corazón de esa otra mitad de la España contendiente. 

Y esta es una película donde nos encontramos, de una manera magistral, la tragedia de la España que perdió la guerra.

photo_5089.jpegCartel de la película "La Buena Nueva" (Helena Taberna, 2008)