"Mientras duermes" como clase de guión cinematográfico

Escrito por alejandro

Esta es una reflexión sobre Alberto Marini. Un hombre que tuvo una idea y la convirtió en un guión cinematográfico. Con su antihéroe, su lucha entre el bien y el mal y una puerta abierta a un thriller interesante en el que un hábil director e intérpretes solventes se lucieran. El destino quiso que en su camino se cruzaran personas como Jaume Balagueró, Luis Tosar y Marta Etura y el resultado sea una lección para nosotros en lo que a ajustes se refiere.

Guión/novela/guión

Alberto Marini no solo es el responsable del guión original de “Mientras duermes”, sino que también produjo una novela a partir de ese guión y realizó, junto a Jaume Balagueró, los arreglos necesarios para que se llevara a cabo “Mientras duermes” (Jaume Balagueró, 2011). Hubo que hacer cambios, no solo el obvio de Barcelona por New York, dejar hablar a las imágenes y no abrumar con explicaciones.

6a4556fc51de9615f88d92e7369a0413La conversión de palabras es imágenes da una gran oportunidad a quien sabe aprovecharla.

Es un cambio que se aprecia a la perfección si comparamos novela y película. En la primera, metidos en la cabeza de Cillian, César (Luis Tosar) en pantalla, podemos descubrir hasta el último entresijo de sus procesos mentales. Esa perenne persecución de motivos por los que seguir viviendo debe ser más sutil en pantalla. No conviene abusar de la voz en off y la representación de la rutina no debe herir de muerte al ritmo de la película.

En realidad, un gesto, un matiz en la interpretación del reparto dice bastante más que innecesarias explicaciones. Un plano de César escondido debajo de la cama de Clara (Marta Etura), con mínimas reacciones a lo que ocurre en la vida de la joven provocan una total comprensión en el espectador y, lo que es mejor, con una sonrisa de oreja a oreja por el disfrute de lo que estás viendo. Queda bien clara esa batalla y genera esa imprescindible sensación de intriga, de misterio, de querer saber por dónde van a seguir ese juego del gato y el ratón.

Clase práctica para guionistas

En realidad, todo se reduce a la selección de escenas y a la capacidad de sacrificar secundarios o subtramas. Y en “Mientras duermes” podemos entrever un proceso que ha, sin duda, mejorado el conjunto. Se plantea la historia de Cilian/César como punto de partida. Inevitablemente debe aparecer Clara como némesis, archienemiga, pero el resto pueden ser intercambiables, mezclados o respetados, todo para proteger el bien más preciado de un thriller: la tensión.

Ahí es donde el creador de la idea inicial debe conservar la cabeza fría para mejorar su ya potente historia. Y el mejor ejemplo es el sacrificio de ese personaje de la novela, ese vecino atrapado en una cama por un accidente, convertido en confidente de nuestro malvado protagonista. Alguien que podíamos creer imprescindible, pero que acaba sustituido por una simplificada relación madre-hijo y la revelación final, que respetaremos para evitar innecesarios spoilers.

72fdef3cbaeffc4278e85fc83c753bb7La destrucción de Clara es el único aliciente de la vida de César.

La resolución

No hay que tener miedo. ¿Qué significa un final feliz en “Mientras duermes” (Jaume Balagueró, 2011)? Aquí desde luego, no está claro. El protagonista principal es un cabrón, sin medias tintas, alguien que se alimenta del dolor ajeno, y del propio. No puede ser feliz sin la infelicidad de quienes le rodean, ya sean estas personas su propia madre o una desconocida. A pesar de todo, hemos tenido hora y media para estrechar lazos con él, pero ni el director, ni el guionista, ni ninguno de los implicados debería temer abofetear al espectador necesitado de cuentos de hadas.

La salida del cine será igual de satisfactoria si aceptas también un poco de cinismo y comprendes que la crueldad y la violencia tienen su gracias y son tan inherentes al ser humano como la bondad y las ganas de evitarse problemas. El guiño final, que obviamente no desvelaremos, nos reconcilia de cierto modo con el cine comercial, capaz de finales (cuando quieren productores, directores y demás responsables) un tanto (tampoco mucho) diferentes.