Beatrice Lillie

Apodado 'la mujer más divertida del mundo', comediante Beatrice Lillie nació la hija de un funcionario del gobierno canadiense y creció en Toronto. Cantó en el acto de un trío familiar con su madre, Lucy y su hermana mayor pianista, Muriel. Eran tiempos difíciles y la ambiciosa madre eventualmente llevó a las niñas a Inglaterra para probar las aguas. En 1914, Bea hizo su debut como solista en el West End londinense y fue un éxito inmediato con el público. Un jugador valioso marquesina como revista graciosa y artista de escenario, ella hábilmente entrelazadas sketches, canciones y monólogos con la parodia y la sátira ingeniosa. En 1924, volvió a Estados Unidos y fue un éxito instantáneo en Broadway, convirtiéndose así en el brindis de dos continentes. Para la próxima década, trabajó con los cabezas de cartel etapa superior de su época, incluyendo Gertrude Lawrence y Bert Lahr, Jack Haley. Noel Coward y Cole Porter escribió canciones y muestra incluso para ella. Un radio superior y artista de comedia musical para arrancar, éxito de Bea en películas fue sorprendentemente limitada, aunque ha logrado cierto reconocimiento en tales producciones como Cómicos pasan (1926) y el Dr. Rhythm (1938). Durante la segunda guerra mundial, Bea se convirtió en un artista favorito con las tropas y en sus años de la posguerra, recorrió con su propio show 'An Evening with Beatrice Lillie'. Su personaje bastante excéntrico bellamente trabajado en Broadway y, en 1958, ella reemplazó a Rosalind Russell en 'La tía Mame'. En 1964, tomó el papel de 'Madame Arcati' en la versión musical de 'Blithe Spirit', titulado 'High Spirits'. Esto iba a ser su última puesta en escena musical. Lamentablemente, su estilo creció anticuada y obsoleta en la era de Vietnam, y ella se desvaneció rápidamente desde vista después de un aspecto de película en Millie, una chica moderna (1967). En este punto, ella ya había comenzado a mostrar signos tempranos de la enfermedad de Alzheimer, aunque se las arregló para publicar su biografía en 1973. Un año más tarde, Bea sufrió el primero de dos golpes y vivió la próxima década y media en virtual aislamiento. Murió en 1989 a los 94 años.