Biografía de Paul Shenar
Actor de carácter oscuro y atractivo con una voz como un trueno y los ojos como un lobo, quien fue destacado en roles menos comprensivos a lo largo de su carrera. Nacido y criado en Milwaukee, Wisconsin, Albert Paul Shenar asistió a la Universidad de Wisconsin. Pronto después de la graduación, se trasladó a Nueva York, donde cayó rápidamente roles en el escenario. Estas experiencias llevaron a un debut en Broadway en 'Tiny Alice' como 'Hermano Julian'. Después de unos saciante años dentro y fuera de Broadway, Paul se encontró otra vez reubicar, esta vez a Filadelfia. Fue aquí donde hizo un considerable aporte a las artes. Junto con sus compañeros actores Rene Auberjonois y Bill Ball, para nombrar unos pocos, fundó el Teatro Conservatorio americano, donde no fue sólo un actor regular hasta el día que murió, pero un maestro y consejero también. A partir de ahí, siguieron papeles en la televisión y la gran pantalla. Shenar hizo un chapoteo, retratando a Orson Welles en La nuit terrifia l'Amérique (1975). Recibió algunas de las mejores críticas de su carrera para esta película famosa de la televisión. Poco después recibió más por su interpretación de otra celebridad famosa, como Florenz Ziegfeld en Ziegfeld: el hombre y su mujer (1978). Continuó trabajando constantemente en la televisión, apareciendo incluso en la película de reemplazo de tiro para la televisión de la película del desastre, Pánico en el estadio (1976). Y luego largometrajes vinieron llamando. Shenar convertido en creíbles y memorables actuaciones en cine, como el diabólico narcotraficante colombiano Alejandro Sosa, en ' Brian De Palma ' s Scarface (1983) , y más en particular, expresando la rata conspiración malvada, Jenner, en Nimh de Don Bluth, el mundo secreto de la señora Brisby (1982). Otras funciones de la nota incluyen al Dr. Lawrence en El gran azul de Besson (1988), Joshua Adams en una fuerza letal (1983), Paulo Rocca en la acción embalada película de Arnold Schwarzenegger, Raw Deal (1986) y Ben Gardner, el padre de un atribulado Kristy MacNicol, en retorno de Alan J. Pakula Pesadilla pecado (1986), respectivamente. Aunque no es un nombre familiar en su tiempo, su franqueza, la energía y performances estéticas han dejado una impresión duradera, que sólo se pone mejor con la edad, y pronto no serán olvidados.