Eduardo el confesor fue rey de Inglaterra desde 1043 hasta su muerte en 1066. Cuando murió sin hijos, Inglaterra se sumió en una crisis de sucesión, con tres demandantes: Harold Godwinson (conde inglés que reclamó el descenso de la Real Casa de Wessex), Harald Hardrada (el rey de Noruega, quien reclamó a Inglaterra como parte del dominio de Cnut Magno) y William el bastardo (el duque de Normandía y un amigo cercano de Edward, quien afirmó que Edward había bequethed el trono de Inglaterra a él).