Rusia, 1916. Ya sea por oficio o locura, Rasputin ejerce poder sobre el Nicholas indeciso y la zarina religiosa adora el siberiano como Dios. Manipula al Zar en sus relaciones con la Duma e influye en la elección de un nuevo primer ministro. Rasputin agrede a una baronesa; su marido es encarcelado por su abogado, y ella debe ofrecer favores sexuales a Rasputin para salvar a su marido. El zar finalmente ordena a Rasputin de San Petersburgo, pero de alguna manera él entra en el Palacio y, en un trance desaliñado, convence al zar a realizar un cambio desastroso en la estrategia de guerra. Un grupo de nobles tomar el asunto en sus propias manos y organizar una última cena para el monje interloping.
