Cuando Gina Meyers descubre que sus padres fueron asesinados y ese rico contratista Preston Randall tiene la culpa, ella jura vengarse. Asegurar un trabajo como niñera a hijastro atribulado de Preston, Gina se muda a casa de Randall con planes para que confesara su participación en el crimen, pero pronto se da cuenta que el despiadado Randall tiene sus propios planes muy oscuros.