Tras la trágica muerte de su hijo de dos años Frankie, par irlandés Johnny y Sarah Sullivan y sus restantes dos descendencias, Christy Sullivan 10 años de edad y 5 años de edad Ariel Sullivan, emigran ilegalmente a Estados Unidos vía Canadá con poco en sus bolsillos. Su destino final es donde Johnny espera trabajar como actor de teatro de Manhattan. Se mueven en una unidad en un solar de ejecución ciudad albergaba principalmente con drogadictos, travestis y un inquilino acuñan "el hombre que grita". Hacen todo lo posible para ganarse un ambiente familiar de apoyo en esta difícil situación, el apoyo que en última instancia se extiende a quienes lo rodean, más específicamente 'el gritón' que resulta para ser un artista afroamericano llamado Mateo con el SIDA. Pero la memoria de Frankie se cierne sobre la familia de buenas y malas maneras, especialmente como Sarah se entera que está embarazada. Christy, que registra los acontecimientos de su vida con su amado videocámara, cree que el ángel de Frankie ha otorgado sus tres deseos, que ella guarda hasta que sea absolutamente necesario.