Bruto, Casio y otros altos romanos asesinan a César, porque creen que su ambición conducirá a la tiranía. El pueblo de Roma está de su lado hasta Antony, mano derecha de César, hace un discurso conmovedor. Los conspiradores son expulsados de Roma, y se forman dos ejércitos: un lado siguiendo los conspiradores; el otro, Antonio. Antonio tiene la fuerza superior y rodea a bruto y Casio, pero se matan para evitar su captura.