En la década de 1950, un adolescente Werner Herzog fue paralizado por una actuación de la película de la joven Klaus Kinski. Años más tarde, compartirían un apartamento donde, en un incólume, 48 horas ajuste de rabia, Kinski había destruido totalmente el baño. De este caos, un violento, amor y odio, nació la Asociación profundamente creativa. En 1972, Herzog había fundido Kinski en Aguirre, la ira de Dios. Cuatro películas más seguiría. En este documental personal, Herzog recorre los altibajos a menudo violentos de su relación, volver a visitar los distintos lugares de sus películas y hablar con las personas que trabajaron con.