Fiscal Tom Logan se establece para la oficina más alta, por lo menos hasta que se convierte en abogada Laura Kelly y su cliente impredecible Chelsea Deardon. Parece que el menor de los delitos del Chelsea es el robo de una pintura muy valiosa, pero como las mujeres persuadir a Logan para investigar más a fondo y algunos atajos oficial, un escenario mucho más siniestro comienza a emerger.