Habiendo volvió a luchar en la I Guerra Mundial, James Allen no quiere instalarse en una vida monótona y decide a buscar su fortuna. Viaja a lo largo y ancho de América, trabajando como un comerciante experto en la industria de la construcción. Cuando los tiempos son difíciles sin embargo, se encuentra viviendo en un refugio donde un conocido sugiere que salen por una hamburguesa. Lo que el amigo tiene en mente es robar la cena y pronto Allen se encuentra trabajando en una cadena de presidiarios con una larga condena. Allen logra escapar sin embargo y se dirige a Chicago donde durante varios años lenta pero seguramente trabaja su camino hasta la escalera para convertirse en uno de los ingenieros de construcción más respetados de la ciudad. Sus pasadas capturas para arriba con él y a pesar de las protestas de los dirigentes cívicos y sus muchos amigos en Chicago, se encuentra otra vez en los trabajos forzados. Escapar por segunda vez, acepta que para sobrevivir, debe llevar una vida de crimen.