Gran Torino (2008)

Gran Torino (2008)

Escrito por Alejandro

Es curioso como el paso del tiempo no afecta solo a las películas, a los directores y a los actores, sino también a los críticos y a las publicaciones sobre cine. Recuerdo que cuando se estrenó “Gran Torino” (Clint Eastwood,2008) se hablaba mucho de film crepuscular, de si era o no un homenaje a su propia carrera o, incluso, de si iba a ser la última vez que veríamos a Eastwood delante de la cámara. Es hasta posible que eso último fuese una idea del propio director norteamericano, pero la verdad es que el tiempo, como siempre, se empeña en elegir su propio camino, independientemente de nuestras intenciones.

bd2a59bcf29cd69c16e109423f0cac13Walt Kowalski se debate entre sus convicciones y las circunstancias que lo rodean.

Ese tiempo juguetón que también truncó mis propios planes respecto a Spoiler. Yo quería escribir sobre “Tú y yo” (Io e te, Bernardo Bertolucci, 2012) y las decisiones tomadas por el genial director italiano en el paso de la novela a la pantalla, pero se cruzó en mi camino la TDT y “Gran Torino” y aquí estoy. Por varios motivos, entre otros comprobar si se mantenía eso que me sugirió la primera vez que la vi, analizar si se habían cumplido las expectativas que generó en su momento y reafirmar mi firme adhesión a las versiones originales.

“Lo que más atormenta a un hombre es lo que no le obligan a hacer”

El argumento, a estas alturas, imagino que será de sobra conocido, pero, por si aún queda algún despistado, recordar que Clint Eastwood da vida a Walt Kowalski, un veterano de la guerra de Corea que acaba de quedarse viudo. Vive en un barrio que en otra época habría sido típicamente norteamericano, pero en el que ahora la mayoría de habitantes son inmigrantes asiáticos. La trama se basa en la relación que se desarrolla entre el propio Kowalski y sus vecinos más próximos, una familia Hmong, especialmente el joven Thao (Bee Vang) y su hermana Sue (Ahney Her). 

Trazo grueso

Conviene empezar por una puntualización. Con la expresión trazo grueso, la idea a transmitir no es que “Gran Torino” sea una película burda, no tenga interés o no se preste a cualquier tipo de interpretación rigurosa. No. La intención es dejar bien claro que las ideas y los planteamientos expuestos están muy claros y para ello Eastwood no duda en caer en una cierta sobreactuación. 

5b86d956b6e6d1c3fb8104d55801c08fA veces, hace falta exagerar un poco.

El personaje de Walt Kowalski no duda en gruñir en el funeral de su mujer, insultar directamente a todos los que no son de su misma raza, les tenga o no afecto, o, y en esto hay que dar las gracias al propio realizador, resolver con una simple elipsis el modo en que echa de su casa a su hijo y su nuera cuando acuden, el día de su cumpleaños, a faltarle al respeto con regalos y sugerencias, muy poco sutiles, de que se vaya a una residencia de ancianos.

Gestos todos ellos que simplifican la presentación de un personaje que, siendo un racista violento, acaba relacionándose de un modo más normal con un joven coreano. Puede que, simplemente, trate de lavar esas culpas que lleva dentro desde hace tanto o puede que vea en él los valores que considera más importantes y que tan ajenos le son a los de su propia sangre: respeto, orgullo, sacrificio, lealtad y coraje.

La familia sí, pero ¿cuál

Volviendo al tema de las críticas, no hay que descartar que Clint Eastwood estuviera intentando homenajear a aquellos personajes que han contribuido a la forja de su carrera, a esos géneros que lo catapultaron y le dieron la oportunidad de embarcarse en tantos y tan distintos proyectos. Todo eso es verdad y el final de “Gran Torino” lo justifica. Pero también podríamos quedarnos con otra idea: el concepto de familia. 

7e81f49055aa7649dae61a2a7b6cffc6Walt y Thao comparten más de lo que pudiera parecer en un principio.

Un concepto que va más allá de los lazos de sangre, porque así como Walt Kowalski demuestra una fidelidad extrema con su mujer, que le lleva hasta a una confesión con el padre Janovich (Christopher Carley), también antepone los lazos afectivos con Thao a los sanguíneos con sus hijos y nietos, representado en la lectura final de su testamento. No es necesario caer en sentimentalismos, sino comprender en qué momentos se forjaron esos lazos y si son verdaderamente resistentes.

Imagen elegante

Por supuesto, “Gran Torino” es, ante todo, una película de Clint Eastwood. ¿Y eso qué quiere decir Nada mejor que un ejemplo para ilustrarlo. El primer encuentro entre Walt y Thao se produce cuando este, azuzado por su primo y la banda callejera a la que pertenece, intenta robarle el majestuoso coche de 1972 que da título a la película. Walt descubre el ladrón y, fusil en mano, intenta detenerle. 

df0f3c88c63c42df49729d8a63df1735Walt no duda en comprometerse si la situación lo requiere.

La acción se desarrolla en un garaje y hay un cierto movimiento porque Eastwood se cae y el chico escapa. Solo hay una luz, procedente de una lámpara que se balancea. Ese movimiento de luz es el único que veremos porque la cámara sigue fija o moviéndose sutilmente, sin caer en la tentación de ponérsela al hombro a ningún operador y agitar un poco la escena. No hace falta y sería hasta chocante en medio de un film tranquilo pero decidido, que se lo piensa todo antes de hacerlo. Casi como el plan final con el que Walt Kowalski pretende vengar a Sue, pensando antes de actuar y dejándolo todo atado y bien atado.

Doblaje

No quiero despedirme sin mencionar el doblaje que sufre la versión española. La verdad es que si la intención era caricaturizar a las distintas bandas juveniles que aparecen a lo largo de “Gran Torino” (Clint Eastwood, 2008) el objetivo se alcanzó sobradamente. Las tres diferentes, cada una con integrantes de una raza diferente, adolecen del mismo problema y, mientras ves la película, no sabes si quedarte en el plano de la incredulidad, aceptar que es una broma y reírte o caer en la más absoluta indignación.