'El gran Hotel Budapest', una aventura con marca Wes Anderson

'El gran Hotel Budapest', una aventura con marca Wes Anderson

Escrito por reyloren

El sueño de muchos directores de cine es, probablemente, lograr un estilo personal que sea fácilmente identificable por el público, les granjee éxito aunque sea en grupos reducidos y les convierta, como resultado, en realizadores considerados 'de culto'. El texano Wes Anderson ha tenido suerte en ese sentido. Desde que se dio a conocer con 'Academia Rushmore' en 1998 ha dejado claro que sus películas siempre cuentan historias ligeramente surrealistas, suceden en lugares que parecen de juguete y llegan a nosotros a través de planos, la mayoría, simétricos.

Así, se ha hecho con un público incondicional y de paso se ha ganado la confianza de un grupo de actores que no dudan en colaborar en cada nuevo proyecto que presenta: Tilda Swinton, Edward Norton, Owen Wilson, Willem Dafoe... o Bill Murray, quien ha participado en siete de las ocho películas dirigidas por Wes Anderson. Todos ellos intervienen en 'El Gran hotel Budapest' (2014), la última aventura del peculiar realizador que ha atraído en masa a las salas, como es costumbre, a sus fieles seguidores. A ellos y a quienes, como yo, no se habían interesado por el cine de Anderson hasta que descubrieron la maravillosa 'Moonrise Kingdom' que comentamos en este mismo blog.

84f155858b1dafd9977fb5b93c9b511aEl Gran Hotel Budapest, ¿a quién no le apetece entrar?

Nada nuevo

Así, cuando uno se sienta a ver 'El Gran hotel Budapest' no puede reprimir una sonrisa en cuanto el primer plano le indica que, efectivamente, está frente a una película de Wes Anderson. Un lugar ficticio, un decorado de juguete, un personaje mirando directamente a la cámara, gran protagonismo de la música (de Alexandre Desplat, cómo no)... todo ello forma parte del marcado estilo del director que no defrauda a sus devotos. 

Pero en cuanto avanza la trama y el espectador presencia más de lo mismo, incluidos los actores a los que busca de antemano en la escena porque presiente que en algún momento aparecerán, se da cuenta (si es lo suficientemente valiente de admitirlo) que en el último trabajo de Wes Anderson no hay nada nuevo. Y eso, para algunos, es una lástima.

9a25b295b3db3af4a1b76ddfb8af25edLos protagonistas de esta aventura que comienza en un hotel 

Porque tan encomiable como que un director de cine construya un estilo personal fácilmente identificable es la habilidad de sorprender. Por eso, si ese realizador en cuestión no añade un ingrediente extra a su estilo en cada nueva ocasión que tiene de probarlo terminará por aburrir y resultar repetitivo. Quizás sus planos, sus decorados o sus diálogos resulten llamativos e ingeniosos, pero cuando se suceden película tras película pierden parte de su encanto.

No quiero decir con esto que 'El Gran Hotel Budapest' suponga un mero refrito de los elementos que han caracterizado el cine anterior de Wes Anderson, pero sí admito que carece de la capacidad de enamorar que sí tenía 'Moonrise Kingdom', donde al estilo de Anderson se sumaba la magia de un romance juvenil que hacía del filme una auténtica delicia.

d76f015da92c529dbc9891580f731e05Jeff Goldblum es otro de los 'viejos amigos' de Wes Anderson que se suma a la fiesta

De escenario en escenario

A los más fieles seguidores del texano, o para quienes se inicien ahora en su filmografía, 'El Gran Hotel Budapest' les parecerá, seguramente, una maravilla. El filme es un thriller de aventuras en el contexto de los convulsos años 30 en Europa, pero bajo la marca Anderson, es decir, con personajes estrambóticos, decorados de juguete y una nostálgica sensación de irrealidad. De hecho, la acción tiene lugar en el país ficticio de Zubrowka.El guión, escrito por el propio Anderson, cuenta la historia del conserje del Gran Hotel Budapest, Monsieur Gustave, y de su botones, el joven Zero, quienes se embarcan en una peligrosa aventura a raíz de la muerte de una rica mujer. A partir de ese momento, se suceden las persecuciones (en moto, a pie, en trineo...), las sorpresas y los 'cameos' de los intérpretes fetiche del director.

El filme salta de escenario en escenario como si de un juego de la oca se tratara, arrancando muchas sonrisas cómplices y alguna carcajada aislada. Pero tanto ir de venir en una trama que, sinceramente, no termina de estar muy clara, y a un ritmo frenético, puede agotar al espectador.

8b432e40ce2a07c340c124a06505400bRalph Fiennes es el adorable héroe de la historia

Para colmo, el continuo cambio de escenario impide que sobresalga una sola escena sobre el resto, como podría haber sido el caso de la cómica huida de la prisión que a pesar de sus cualidades pasa algo desapercibida en el conjunto.

Cohesión

Al final, con tanto mareo se agradece aún más la presencia casi continua de los personajes de Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Tony Revolori) en la trama, ya que aportan cohesión y sentido a esta locura con una guerra mundial de fondo. Por si eso fuera poco, tanto uno como el otro se lucen en sus respectivos papeles y el espectador termina por cogerles un gran cariño que hace más significativo ese fundido a negro cuando está a punto de llegar el final de esta historia.

3f95ef17939ae002fec70e77960c90e0Willem Dafoe y Adrien Brody, gran acierto de casting

Sobre el numeroso grupo de secundarios que da forma a un envidiable reparto, sólo unos pocos apuntes: Harvey Keitel está irreconocible, a Adrien Brody le sientan de maravilla los personajes caricaturescos, Willem Dafoe aterroriza sólo con su mirada, Saoirse Ronan y Edward Norton aportan la dulzura y sensatez necesarias y Bill Murray siempre se reserva un personaje crucial que esté a la altura de lo grande que es él.

Al final, 'El Gran Hotel Budapest' es la mirada de Wes Anderson al periodo más detestable de la historia europea reciente como no podía ser de otra manera, en forma de cuento con una bonita puesta en escena. Nostálgico, agradable y frenético. Pero recomendable sólo para quienes adoren el cine de Anderson bajo cualquier circunstancia o aún no se hayan dejado sorprender por su frenética dirección.