Vaya semana más intensa 'galácticamente' hablando. Primero me decidí a ver 'La guerra de las galaxias' -o 'La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza', si sois exquisitos- después de 15 años sin sumergirme en la lucha de Luke, Leia, Han Solo y compañía contra el malvado Imperio. Y a continuación, tras una agradable noche de épica y recuerdos, me enfrenté a un visionado aún más intimidatorio que el de la mítica película de ciencia-ficción. Tras recordar el origen cinematográfico de la famosa saga Jedi, llegó el turno de ver su secuela y la que muchos (por no decir todos) consideran la mejor película de la franquicia. Además de uno de los títulos de ciencia-ficción más emocionantes de la historia y un filme de referencia para cualquier amante del séptimo arte. Me refiero, por supuesto, a 'El Imperio contraataca' -o, si insistís, a 'La guerra de las galaxias. Episodio V - El Imperio contraataca'.
La secuela se estrenó en 1980 debido al éxito en taquilla y entre la crítica de su predecesora aunque sin que la mayoría apostara por que fuera a respetar el mismo nivel de calidad, ya que por entonces las secuelas no estaban bien vistas. Pero el filme que dirigió Irvin Kershner (George Lucas se limitó en esta ocasión a sentar las bases del argumento) demostró que las segundas partes en el cine pueden ser buenas. Es más, pueden ser mejores. De hecho, 35 años después, hay quien todavía mantiene que 'El Imperio contraataca' es la secuela perfecta.
Más vale tarde que nunca
Con semejante bagaje, ¿quién no sentiría nervios antes de ver 'El Imperio contraataca' por, quizás, primera vez? Porque, por favor no me hostiguéis, pero mucho me temo que nunca antes la había visto completa y sin pausas de principio a fin -eso o mi memoria se encuentra en mucho peor estado del que pensaba-.
La 'pandilla' casi al completo se sube de nuevo al Halcón Milenario
Sí, por supuesto, sabía lo que sucedía en la trama. Conocía al maestro Yoda, me sonaba la cara de Lando y preveía que al final de ese duelo el malvado Darth Vader iba a soltar una de las más famosas frases del cine de toda la historia -que, pese a lo que la mayoría piensa, no empieza diciendo 'Luke'-. También recordaba -y digo 'recordaba' porque supongo que ya había visto el fragmento en algún momento- que Han Solo acababa congelado en carbonita no sin antes escuchar el 'te quiero' de la princesa Leia y responderle con un 'lo sé' muy apropiado para su personaje.
Por el contrario, esa ciudad en las nubes del tramo final me era totalmente desconocida y el incidente en el planeta helado me pilló desprevenida, al igual que la persecución en plena lluvia de asteroides. Estas son sorpresas que, en consecuencia, están haciendo más amena la experiencia de retomar la saga galáctica. Un reto que me he planteado con el objetivo final de disfrutar mejor del próximo estreno de 'La guerra de las galaxias. Episodio VII: El despertar de la fuerza' (J.J. Abrams, 2015). En este proyecto hay depositadas muchas esperanzas pero lo tendrá complicado si quiere superar 'El imperio contraataca'.
Yoda es el insospechado instructor del futuro Jedi que hay en Luke
La Fuerza cobra intensidad
Porque, efectivamente, el capítulo V es una película formidable. Más intensa, dramática y equilibrada que su predecesora. Con un tono más oscuro, un mejor perfil de los personajes principales -Darth Vader nunca atemorizó tanto- y una puesta en escena más ambiciosa. Y con el interesante añadido de que expande el universo de 'La Guerra de las Galaxias' más allá de lo que vemos en la pantalla, haciendo posible la proliferación del movimiento fan de la saga y el surgimiento de decenas de historias que completan los huecos (como, por ejemplo, la segunda trilogía).
'El Imperio contraataca' desarrolla una sucesión de escenas de acción emocionantes e inesperadas mientras explora la transformación del valiente Luke Skywaker en un auténtico caballero Jedi. Combina aventura y drama, lo que la hace más equilibrada. Al mismo tiempo, siembra unas pocas semillas que crecerán en capítulos posteriores y que son las que aportan la intensidad a la historia. Y las que, como decía antes, expanden el universo de la película más allá de los límites marcados por la pantalla. La existencia del maestro Yoda y el entrenamiento de los Jedi, el lado tenebroso de la Fuerza, la existencia de un 'otro' y sobre todo ese 'Yo soy tu padre' que con el tiempo se ha convertido en la razón de ser de la franquicia completa; hacen de 'El Imperio contraataca' algo más que una simple cinta de ciencia-ficción.
La revelación de Darth Vader es quizás el mayor cliffhanger del cine de los 80
Sin respiro
A mí, que la forma de hacer cine de aquellos años, mucho más directa que la actual, aún me resulta chocante en momentos muy concretos, 'El Imperio contraataca' me ha atrapado de principio a fin. Desde las singulares expediciones en el planeta Hoth (en realidad, el territorio de Finse en Noruega) hasta el esperado enfrentamiento entre Luke y Darth Vader.
He disfrutado con las persecuciones espaciales, con el carisma del simpático Yoda, con el baile de suspiros entre Han y Leia... Se me ha puesto la piel de gallina (un poco) con la archiconocida Marcha Imperial compuesta por John Williams. Le he cogido más cariño si cabe a Chewbacca y me he sorprendido de que C3P0 y su interminable verborrea no fueran insoportables. Y, aunque el duelo entre padre e hijo no me ha resultado especialmente llamativo (salvo por su significado), sí me ha gustado la arriesgada huida de Luke.
Leia y Han Solo, los polos opuestos se atraen
Ganas de más
Pero lo mejor de esas dos horas que he vivido en una galaxia muy, muy lejana no es ni la satisfacción de incluir, por fin, 'El Imperio contraataca' en mi filmografía personal ni el regusto que me deja la épica de las batallas espaciales. No, lo que más agradezco del capítulo V de la saga creada por George Lucas es que ahora cuento las horas para ver 'El retorno del Jedi' y concluir la trilogía.
La galaxia es demasiado grande como para que la historia termine aquí