'Las vidas de Grace' (2013) es uno de esos títulos de película que puede inducir a error. Porque el filme que dirige Destin Daniel Cretton, todo un desconocido para el público general, no habla tanto de Grace como de los chicos con problemas que viven en ese centro en el que ella trabaja. Esta es la historia de todos ellos, jóvenes desamparados sin un futuro claro y con dificultades para encontrar la senda correcta. Con problemas mentales o sin ellos, con traumas infantiles u otros más actuales, cada uno de estos chicos necesita la atención que Grace y sus compañeros le ofrecen para salir de su particular cárcel. Y, sobre todo, la comprensión.
Ahora que ha quedado claro de qué va 'Las vidas de Grace' (o 'Short Term 12', como dice su título original), llega el momento de hablar de las sensaciones que produce. El director Destin Daniel Cretton, que también escribe el guión, construye un conmovedor relato sobre esa juventud marginada empleando la dosis correcta de emoción, la que en ningún momento satura pero tampoco sabe a poco. Y lo hace desde el punto de vista de Grace, la trabajadora del centro social donde los adolescentes viven de forma temporal, una mujer que sufrió una adolescencia difícil y que ahora intenta ayudar a quienes tampoco lo tuvieron fácil. Pero el pasado de Grace arrastra secuelas y estas saldrán a la luz cuando descubra que está embarazada.
Terapia de grupo para adolescentes con problemas
No hay un solo infierno
Los problemas de Grace sirven para acercarnos al resto de los personajes. Así poco a poco descubrimos que cada cual esconde su secreto, su infierno particular. Y mientras les vemos luchar por huir de aquello que les provoca sufrimiento nos damos cuenta de que, a veces, la mejor solución es una simple charla honesta. Algo tan fácil que, irónicamente, la cuidadora de estos chavales es incapaz de tener.
Cuenta Destin Daniel Cretton que para escribir 'Las vidas de Grace' se inspiró en su propia experiencia como trabajador de un centro similar al del filme. Imposible no creerlo vista la naturalidad que transpira la historia. Pero es que además de realista y emocionante, el guión es lo que comúnmente se describe como 'redondo'. Con un planteamiento y un desenlace claramente distinguibles pero, al mismo tiempo, con la sensación de que la trama es un círculo donde los mismos acontecimientos se repiten una y otra vez.
El dolor muchas veces se traduce en... una gran rabieta
Sin hacer ruido
Buen guión y una excelente puesta en escena. De ambiente intimista y con una narración sugerente, 'Las vidas de Grace' es por su forma la cinta independiente soñada, esa con la que los nuevos cineastas buscan abrirse un hueco en la industria audiovisual. Por eso, al añadirle la consistencia de su historia, la película se convierte en algo más, una gema del cine 'indie' que menos mal (y escribo 'menos mal' porque no siempre es el caso) ha llegado a nuestra cartelera.
No lo ha hecho, sin embargo, con ruido, salvo el que quizás ha ocasionado el nombre de Brie Larson, la Grace del título, en la última temporada de premios al otro lado del Atlántico. La actriz figuró en la lista de las preferidas de numerosas asociaciones de críticos e incluso llegó a colarse en alguna quiniela temprana para los Óscar (la mía, por ejemplo). Su interpretación maravilló a la crítica y le aseguró un puesto en el ranking de las actrices más prometedoras del momento. Larson destila personalidad pero sin eclipsar al resto del reparto. John Gallagher Jr., Keith Stanfield o Kaitlyn Dever también brillan sin esfuerzo.
John Gallagher Jr. y Brie Larson, pareja en la ficción
Como decía, 'Las vidas de Grace' se ha estrenado en nuestro país sin hacer ruido pero con el apoyo que proporcionan todos los reconocimientos logrados en distintos festivales. Además de la certeza de que se trata de una película conmovedora sobre el dolor y la mano amiga que lo alivia.
La mano amiga