Review: Wall-E (2008)

Review: Wall-E (2008)

Escrito por Lucero

"Wall-E" (Andrew Stanton, 2008) es la de las grandes maravillas cinematográficas de las últimas décadas. Hace ya cuatro años que acudí a verla en su estreno y, que yo recuerde, pocas veces he salido de una película con la sensación de haber disfrutado tanto como con las andanzas de este pequeño robot del futuro. Salí con una sonrisa y pensando que nadie más que Wall-E había conseguido, en una sala de cine, que no pudiese dejar de esbozar con una sonrisa. La misma que tenía cuando salí de la película y me sentí, de nuevo, como un niño ante la magia del cine; ese asombro ante lo que el séptimo arte puede darnos y que con el paso de los años hemos perdido, en un escepticismo de fantásticos fuegos de artificio en forma de efectos de ordenador, 3D y demás inventos. Wall-E es una vuelta a los años donde el cine hacía magia. Dale al play y, sencillamente, disfruta.

El enésimo triunfo de Pixar

A 2008 llegaba Pixar con al menos cinco obras maestras de animación. Títulos como su ópera prima “Toy Story” (John Lasseter, 1995), su continuación, “Toy Story 2” (John Lasseter, Lee Unkrich, Ash Brannon, 1999), “Bichos” (John Lasseter, Andrew Stanton, 1998) o “Buscando a Nemo” (Andrew Stanton, Lee Unkrich, 2003) se ganaron, nada más estrenarse, un rinconcito en los corazones de todos los niños del mundo. Y los no tan niños. “Buscando a Nemo”, de hecho, significó una obra maestra no sólo de animación, sino del cine en general. Esto significó también “Wall-E”, estrenada cinco años después de las aventuras de Nemo y significando un nuevo techo para Pixar, después de algunas buenas películas como “Los Increíbles” (Brad Bird, 2004), “Cars” (John Lasseter, Joe Ranft, 2006) o “Ratatouille” (Brad Bird, Jan Pinkava). Luego vendrían la magnífica Up(Pete Docter, Bob Peterson, 2009) y la tercera parte de Toy Story (“Toy Story 3”, Lee Unkrich, 2010), que también cosechó un gran éxito de crítica y público.

photo_6892.jpegPixar, la auténtica factoría de los sueños

En definitiva, tras este breve repaso de la obra de Pixar, cabe preguntarse cuál es la pócima mágica de la que bebe esta fantástica productora para crear, una tras otra, películas de animación que no tienen igual hoy día, y obras maestras cada dos o tres años que sacuden el género y lo elevan a un nuevo techo. Techo que alcanzó con “Toy Story”, superó con “Buscando a Nemo” y llevó a lo enésimo con “Wall-E”. Hablemos ahora de esta última.

El apocalipsis de la basura

La Tierra está completamente cubierta de basura, que ha hecho impracticable la vida humana. A tal punto de desastre se llegó que los humanos tuvieron que abandonar su casa, en grandes naves espaciales, y dejar atrás a robots que, durante años y años y años, se dedicarán a limpiar y compactar todos los desechos que cubren nuestro planeta. Siglos después, de entre todos esos robots, sólo Wall-E parece continuar con su función. Es el año 2805… bienvenidos a la Tierra de este pequeño autómata que no lo es tanto.

photo_3750.jpegWall-e es un robot curioso que añora un mundo que hace siglos que dejó de existir

Wall-E es un pequeño robot que continúa incansable su titánica labor, recolectando por sí mismo piezas de otras unidades como él que están averiadas, además de restos de la vida humana pasada, aquella que hace siglos abandonó la Tierra. Esta añoranza de la vida humana pasada ha hecho que Wall-E desarrolle una personalidad y sensibilidad únicas, mucho más allá de cuanto un robot puede tener. Es una máquina curiosa y entrañable, que añora el mundo de bailes, canciones y películas románticas que una vez hubo en la Tierra.

Pero la Tierra, su Tierra, no es ahora más que un páramo desolado y comido por la basura, que ni siquiera por la titánica labor de Wall-E podrá volver a verse limpia en muchos años. Pero un día, rebuscando entre los desechos que limpia, Wall-E encuentra una planta que ha crecido en este yermo de basura. Es entonces cuando comienza la aventura.

EVA y la vuelta de la vida a la Tierra

El mismo día en que Wall-E encuentra la evidencia de que en la Tierra puede haber vida, una nave espacial aterriza y aparece una robot exploradora cuyo nombre es EVA. La misión de EVA es encontrar lo que precisamente ha hallado nuestro robot basurero: la evidencia de vida.

photo_1526.jpegWall-e se enamora perdidamente de EVA, una robot enviada por los humanos para encontrar evidencia de vida en la Tierra

Wall-E se enamora perdidamente de EVA e intentará hacer todo lo posible por enamorarla. Cuando el pequeño robot le enseña a su nueva invitada su más preciado tesoro, - la planta -, su sistema se activa y la guarda. En este momento, EVA, entra en estado automático a la espera de que vengan a recuperarla. Mientras tanto, la robot no da señal de vida alguna.

Cuando la nave espacial vuelve a sobrevolar la Tierra y se lleva a EVA, Wall-E decide abandonar su planeta apocalíptico y viajar en busca de su amada. Es entonces cuando la película entra en una nueva dimensión y nos enamora a todos.

photo_3611.jpegCuando Wall-e viaja al espacio en busca de EVA, la película se transforma en una frenética aventura espacial que divertirá a niños y mayores por igual

Wall-E, la obra maestra

Wall-E esconde algo que los niños no pueden captar, y que es aquello que lo diferencia de ser una película buena de animación, a ser una incontestable obra maestra del género. En primer lugar, la animación: increíble, sublime, incontestable; si son escenarios reales o digitales, realmente es casi inapreciable. La animación ha llegado a tal punto con Wall-E, que parece haber dejado de serlo. Los paisajes, perfectos, bellos; muestran la hermosura de un mundo comido por la basura sin que te repugne para nada. Los planos, cual obra maestra del cine; geniales. Todo en Wall-E está milimétricamente calculado de una forma asombrosa.

La película tiene dos partes diferenciadas. La primera no es otra cosa que un tributo a aquel cine mudo de antes, al cine donde el protagonista, un Charlie Chaplin, por ejemplo, se basta él solito para hacer reír a una sala de cine repleta… y sin decir una palabra. Así es “Wall-E”. Durante la primera media hora no hay diálogo alguno, no se oye más que el sonido de sus motores y de las tormentas de un mundo apocalíptico. La segunda parte, que ocurre a partir de donde hemos narrado en esta review, es una película de animación más al uso. Pero una película de animación excelente. “Wall-E” es, en toda su completitud, una obra maestra de obligado visionado para niños y mayores. Si aún no conoces a este pequeño robot enamoradizo y curioso, no esperes más para hacerlo.

photo_9524.jpegCartel de la película "Wall-e" (2008)