3 metros sobre el cielo (2010)

3 metros sobre el cielo (2010)

Escrito por pedrinho

Cuando uno se pone a escribir sobre algo, especialmente si lo hace pensando en que ese texto va a tener un carácter público, como es el caso de los que colaboramos con este proyecto, de forma inevitable se tiene que creer que lo que dices tiene algún valor y que los análisis, opiniones o valoraciones que realizas sobre una película o un intérprete gozan de algún valor. Por supuesto, eso presupone una cierta posición de superioridad (posición en la que crees estar, pero puedes estar equivocado), un tanto elitista. Una posición que te lleva a afirmar que tal o cual cinta es buena, que una actuación es memorable o que un guión deja mucho que desear.

Todas esas opiniones, mejor o peor argumentadas, tienen sentido cuando uno se acerca a una película entendiéndola, de un modo u otro, como una obra de arte (exitosa o fracasada), como un acto de creación. Sin embargo, lo que entendemos por cultura, categoría en la que se encuentra el cine, no siempre se plantea de ese modo, sino que en muchos otros casos el enfoque se acerca más al de un “acto de producción”, del que se espera obtener un producto destinado al mayor consumo posible, ya que es esa medida, la de su consumo, la que determina el éxito. 

41da373669693dc832108f0956825a86Reparto (los jóvenes) y responsables (los mayores) de "3MSC"

Creemos que sólo de ese modo, entendiendo el trabajo que consiguió ponerla en pie, es como podemos acercarnos a una película como “3 metros sobre el cielo” (Fernando González Molina, 2010), cinta protagonista del texto que tenéis en la pantalla del ordenador (o de la tablet, o del móvil). Sí, el romance entre Mario Casas y María Valverde, nueva re-visión del clásico Romeo y Julieta, pero en tiempos de motos y culto al cuerpo, es todo un “acto de producción”, uno que determina el camino a seguir y, por supuesto, el resultado con el que nos encontramos.

Productos para adolescentes

A pesar de que, de entrada, el término pueda tener connotaciones peyorativas, lo cierto es que los “productos para adolescentes” son parte importante del mercado de hoy en día en el mundo occidental. Una serie de productos enfocados principalmente a un público que tiene en el entretenimiento y el consumo dos de sus más importantes actividades, en los que se trata de idealizar comportamientos muy valorados por ese tipo de público (imagen, atractivo, agresividad, sexualidad...). Productos de ese estilo nos los encontramos en campos como la moda, con marcas y tiendas específicas, la tecnología, la música y, por supuesto, el cine.

65cdcbe7acbcfd6930893b6a56926ddbEl único modo en el que aquí resolvemos las cosas (a golpes)

No vamos a decir que en todos, pero en muchos de esos casos, esos productos nacen de un proyecto de marketing, en el que se definen la directrices a seguir para llegar al objetivo (ventas-ingresos) antes de que ese producto sea una realidad. Un planteamiento que aplicaba para grupos como Take That o las Spice Girls en su momento, y ahora para los One Direction y semejantes. En todos ellos, detrás de su nacimiento está una compañía, de menor o mayor tamaño, que incluso realiza un casting en busca de las piezas que integrarán ese proyecto, en el que los criterios de selección están marcados más por aspectos de imagen que de otra índole.

Dentro de ese grupo de compañías que han sacado buenos réditos de esos proyectos se encuentra Antena3. La cadena de televisión cuenta en su historial con propuestas destinadas a la pequeña pantalla como “Compañeros”, “UPA Dance” o “Física y Química” que lograron notables cuotas de éxito. Esos buenos resultados animaron a los productores a dar un paso más y ampliar horizontes poniendo en marcha un producto semejante pero destinado a las salas de cine. Fue así como nació “3 metros sobre el cielo”, para el que fueron escogidos rostros conocidos como los de Mario Casas y María Valverde para los papeles protagonistas, mientras que para la dirección se optó por Fernando González Molina, con un currículum forjado trabajando para Globomedia, participando en series como “Águila Roja” o “Los Serrano” y asumiendo la dirección de algunos episodios de “Los hombres de Paco” para la misma cadena televisiva. De todos modos, en su elección probablemente pesó mucho más el reconocimiento obtenido con "Fuga de cerebros" (2009), con la que se llevó el Premio del Público en el Festival de Cine de Málaga, así como su experiencia realizando videoclips y de documentales sobre las giras de UPA Dance y el Sueño de Morfeo.

0aa47c13543b3a68728061491a15db7aLa chica guapa en el centro del universo

El rastro de Federico Moccia

Una vez decidido que se quiere levantar un proyecto destinado al “público adolescente” (tipo de público que no está solamente determinado por su edad, sino por su modo de acercarse a la película), que se tiene el presupuesto para llevarlo a cabo y a los profesionales para ejecutarlo, falta escoger la “historia” sobre la que se pondrá en pie. Evidentemente, si de lo que se trata es de lograr maximizar los réditos que dé la inversión, lo mejor es no asumir demasiados riesgos con el guión. Es decir, apostar sobre seguro. En ese sentido, los resultados obtenidos por el “fenómeno Moccia”, categoría en el que se engloban todos los exitosos libros escritos por Federico Moccia, todos ellos con las mismas características (historias de amor, protagonistas juveniles, finales felices, grandes cifras de ventas...), una novela como “Tres metros sobre el cielo” (llevada a la gran pantalla también en Italia, con dirección del propio Moccia), ofrecía los ingredientes adecuados para que la cadena Antena3 levantara a partir de esos cimientos su película.

Así, llegados a ese punto, con el guión en las manos (una sencilla adaptación geográfica de la trama de la novela), con dos rostros reconocibles y reconocidos por el público joven (Mario Casas y María Valverde), un director acostumbrado a moverse en este tipo de coordenadas y una historia con mensaje claro y conciso, se facturó la versión española de “3 metros sobre el cielo” en el 2010. Una película que le sale rentable a Antena 3, ya que además de los buenos datos de recaudación que ofreció, le permite a la cadena de televisión tirar de ella (y de su secuela) cada cierto tiempo y presentarla como el “peliculón” semanal con el que atraer público y publicidad. Teniendo en cuenta todo eso, como “acto de producción”, no hay demasiado que objetar al proyecto.

22f6b7bddea05e684b163727123e1278Romeo en tiempos de móvil y "tableta"

La juventud es algo que se cura con el tiempo

Sin embargo, tras todas las operaciones de producción y marketing, después del desarrollo de una película perfectamente facturada en función de sus objetivos, llega el momento en el que uno se sienta (y se enfrenta) a “3 metros sobre el cielo”. ¿Qué es lo que se encuentra entonces? Exactamente lo que esperaba encontrarse, incluso si no sabe quién es Federico Moccia, Fernando González Molina o Antena3. La historia, y toda su factura, responde, punto por punto, al desarrollo de la trama básica de Romeo y Julieta: amantes de clases sociales/familias distintas, choque-atracción entre protagonistas, el enfrentamiento con sus entornos, la subida-bajada-subida final de su relación, la tragedia necesaria que les permite reencontrarse...

Por supuesto, esa historia está pasada por el filtro de los días en los que vivimos, en los que la idealización de lo que un joven tiene que ser (idealización que no sé si vendrá impuesta desde fuera) hace que valoren de forma positiva comportamientos relacionados con el éxito sexual, la agresividad, el no respeto a las reglas... una serie de conductas que, si bien en muchas ocasiones pueden ser necesarias para una sociedad (la única forma de mejorar unas convenciones es romperlas y plantear otras nuevas), se plantean siempre desde una óptica individualista (lo mejor para el yo, y a ser posible ahora), narcisista y que ataca al que no quiere plegarse a esa visión (la protagonista es increpada en multitud de ocasiones por ser “estrecha”, “aburrida”, “convencional”... sólo por no aceptar el juego del riesgo ya de entrada). Unas ideas que la película traslada a la juventud, dando por hecho que son esas las que resultan interesantes y confiando en que, probablemente con el tiempo, queden a un lado para que todos sean adultos de provecho.

67aef54fedda73c86c22851173457d72Deja de ser una niña formal...

En esa idealización de lo que son unos jóvenes atractivos, nos encontramos con Mario Casas y María Valverde, dos actores de los que tenemos que decir que no realizan un mal papel. De hecho, en ambos casos, vemos un reflejo de las exigencias que también aplican para las nuevas hornadas de intérpretes (ellos con abdominales, ellas guapas y delgadas) y los dos cumplen con esas exigencias a la perfección. Como en el caso de los jóvenes a los que interpretan, está por ver si con el paso del tiempo, cuando sea más complicado depender sólo de los abdominales y las caras bonitas, siguen estando ahí o terminan en ese mismo limbo en el que han acabado muchos otros. Un limbo en el que, a buen seguro, volveremos a dejar caer esta “3 metros sobre el cielo” apenas un par de horas después de haberla visto.

Y ahí volverá a ser un éxito la película, porque no ha sido diseñada para perdurar, sino para ser consumida y dejar sitio al siguiente “acto de producción” que quiera ocupar su lugar.