Review: El Intercambio (2008)

Review: El Intercambio (2008)

Escrito por Lucero

“El Intercambio” (Changeling, Clint Eastwood, 2008) es la historia del amor maternal por encima de todos los obstáculos. Ambientada en una historia real ocurrida en los años veinte, Eastwood recrea fascinantemente Los Ángeles en el año 1928 para transportarnos a la historia de una madre soltera, la joven Mrs. Christine Collins (Angelina Jolie) que trabaja como supervisora en una central telefónica. Su vida gira en torno a Walter, su pequeño de 9 años, su razón de vida prácticamente. Pero un gris día de marzo del año 1928 Christine vuelve a casa del trabajo y descubre, horrorizada, que Walter no está. Es entonces cuando comienza su calvario y, con él, otra pequeña obra maestra de Eastwood.

Los viejos rockeros nunca mueren

Christine llama a la policía y hace la denuncia, sin embargo, la policía muestra cierto desdén en atenderla. Sólo un joven policía llamado Jones (Jeffrey Donovan) se hará cargo del caso.

photo_2544.jpegChristine Collins hará todo lo posible por recuperar a su hijo.

Desde la magnífica Mystic River (que sin duda se merece otra review para las próximas semanas) allá en 2003, Clint Eastwood, como director, nos tiene acostumbrados a la excelencia. Aún ahora en 2012 sus películas siguen siendo sublimes, siguen manteniendo ese gusto por el cine de antaño. Así, lo que ahora nos queda del bueno de Clint es la voz de un viejo rockero, de esos que quedan tan solo un puñado; y que todo lo que hace, lo hace bien. Su cine es bueno, sin duda alguna, films que evidentemente sobresalen de un horizonte cinematográfico de adaptaciones, remakes y comedias adolescentes. Y lo más importante, su hacer tiene ese aire que se evaporó en los años de los grandes clásicos del cine, para llegarnos ahora en forma de lluvia dispersa. Lluvia que sólo esos viejos rockeros son capaces de provocar.

De una historia de telefilm a una pequeña obra maestra

"El Intercambio" comienza sufriendo, en parte, el grandísimo peso de la excelencia de su director. Peso que soporta a duras penas la otrora vulgar Lara Croft, y que el papel en esta película le viene grande. Meryl Streep hubiese sido una legendaria Christine Collins allá cuando se rodó la genial “Los Puentes de Madison”. Pero Angelina Jolie no es siquiera la sonrisa de tan ilustre actriz, y el film cojea en algunos aspectos de la pata que debería encumbrarlo. Sin embargo, no os preocupéis: la elegida para representar a la madre preocupada os emocionará. Dadle tiempo a que se acentúe su tragedia. Es entonces cuando su papel gana enteros, cuando más cómoda se siente siendo Christine Collins.

photo_6196.jpegLa policía colaborará, a duras penas, con Christine.

La gran labor del viejo Clint es coger una historia, que en manos de cualquier otro sería un simplón telefilm, y convertirla en la buena película que es. Porque todos sus aspectos nos recuerda a ese buen hacer del cine de antes, del de Billy Wilder o el de John Ford. Una ambientación perfectísima, un pulso narrativo tenso, muy tenso y lento (como acostumbra), pero que esa tensión impide que caiga en el tedio.

El comienzo es algo duditativo, en el cual la Jolie nos quiere hacer llorar, pero no lo hace. Aun así, la tensión sube a medida que avanza el metraje y el film llega a un punto de no retorno hacia la mitad de la duración total. Hay un giro en la historia descomunal, y “El Intercambio” enseña sus cartas, al fin, para dejar atrás ese “tufillo” a telefilm, y hacer que todo en la película se vuelva buen cine, buenísimo cine.

La historia continúa así: algunos meses después del comienzo cronológico de la película, la policía le comunica a Christine que ha encontrado al niño, pero, nada más verlo, la joven se da cuenta de que éste no es su hijo. Sin embargo, está tan confundida que se lo lleva a casa, aunque exige que continúe la búsqueda del verdadero Walter. Tachada de loca y perturbada por la policía, e internada en un centro psiquiátrico, por fin encuentra un aliado en el reverendo Briegleb (John Malkovich), que la ayudará en su lucha.

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Este cartel de la película ilustra una de las escenas más dramáticas: Christine se da cuenta de que el niño a quien han encontrado no es realmente su hijo.

Si Jolie no logró hacernos llorar antes, bien que lo hace ahora. A su vez, un noble policía y un escalofriante niño arrepentido nos descubren la horrorosa trama que hay detrás de una historia que parecía de cine de sobremesa; pero que afortunadamente ha girado por completo.

Un magnífico final, como acostumbra Eastwood

Tras los créditos finales; sólo nos queda pensar que Easwood, viejo rockero, es uno de los grandes "tramposos" del cine. Pero bendecirás haber caído en sus trampas, como vendernos esta simple historia como lo ha hecho, como mostrarnos unos personajes muy buenos y otros muy malos sin decirnos el por qué. Aun así, finalmente se redime de sus trampas y los personajes comienzan a bailar sobre una línea en la cual la bondad y la maldad se entrelazan con una soga justiciera, y con unos personajes que, lejos de ser tan planos, terminan por mostrarse complejos, penitentes y humanos. Todo se debe a ese giro argumental que la película da a mediados del metraje y que descoloca por completo al espectador.

Buena película, una ventana hacia el cine de antaño, por supuesto mejor en la mayoría de las veces. El final es sobrio, templado y descoranizador. Como el de Mystic River, como el de Million Dollar Baby. Clint Easwood, uno de los mejores directores de la historia del cine, a mi parecer, nos regaló en 2008 una pequeña obra maestra. Si aún no la has visto, corre a por ella.

photo_8746.jpegCartel de la pelicula "El Intercambio", 2008