Quejas contra “Llévame a la Luna”, “Sharknado” y “Séptimo”

Quejas contra “Llévame a la Luna”, “Sharknado” y “Séptimo”

Escrito por alejandro

¡Vaya racha que llevo! Estas tres películas son las últimas que he visto (¡menuda selección!) y con todas he llegado a la misma conclusión. Soy yo muy quisquilloso o es que, definitivamente, no me entero de nada. Ahí van mis quejas para que el público juzgue.

 

Adelanto que hay abundancia de spoilers, así que aquellas personas con intención de ver alguna de estas películas, que las vea antes de seguir leyendo.

Llévame a la Luna (Un plan parfait, Pascal Chaumeil, 2012)

El título original se traduciría por 'un plan perfecto' (lo de las adaptaciones de los títulos sería otro caso a estudiar) y responde, con el necesario punto de ironía y socarronería, a lo que nos espera. No es que yo sea un purista, pero sostener una película sobre una “maldición”, tal como que todos los primeros matrimonios de las mujeres de una familia cualquiera están destinados al fracaso y los triunfadores son siempre los segundos, está cuando menos cogido con pinzas. 

344def0b7a46efef5f109c488ccf3514La excursioncilla acaba en Kenya, un poco lejos de París o Copenhague.

Entonces, a la buena de Isabelle (Diane Kruger), parisina ella, no se le ocurre otra cosa que un matrimonio exprés con divorcio más exprés incluido con un desconocido en Dinamarca donde, al parecer, funciona esto por un módico precio. Obviamente la estafan y por eso se lanza a la persecución del primer primo (a sus ojos) y éste es Jean-Yves (Dany Boon). Cuando digo persecución es literal porque acaban en Kenya acosados por un león y casados por el rito Masai. A ella le vale porque cree que así engañará a su maldición pero sin un papel legal que la comprometa y escapa de un modo un tanto burdo.

Hasta aquí ni siquiera había funcionado la teórica ley infalible de las comedias románticas, que no es otra que si juntas a dos personas el tiempo suficiente acaban por enamorarse. No, en este caso habrá que recurrir a un prometido bastante pudiente pero aburrido hasta el extremo (difícil comprender como ella lo consideraba el compañero ideal en un primer momento) y a un viaje extra a Moscú en busca de un divorcio (el primo no lo parecía tanto cuando registró el enlace Masai como bodorrio en toda regla), para acabar todo como hay que acabarlo tras ser pillada en falso, con un día de fiesta culminado con una terrible borrachera.

Haciendo una cuenta fácil, el contacto entre Isabelle y Jean-Yves se limita a los tres primeros días en Kenya, unas apariciones fugaces de él en París, los días en los que ella pretende lograr el divorcio en Moscú (ella todavía lo desprecia a esas alturas y sus propias palabras lo confirman) y ese último día de fiesta. Algo que a ella le basta para convencerse de que su vida no era la adecuada y buscar a Jean-Yves (¡¡meses después!!) para declararse y vivir felices y comer perdices.

31dae95a8f9a90f8eeb6abea7ec867a2Un día inolvidable y el mundo acaba del revés.

Hay, sin embargo, un aspecto en el que esta comedia romántica me ha ganado. Sí es una comedia, incluso se puede decir que hace gracia en algunas ocasiones. Probablemente nunca cuando estén los protagonistas en pantalla, pero sí cuando son los secundarios los que toman la palabra. La madre y el padrastro, la hermana y el cuñado de Isabelle ofrecen los momentos más brillantes cuando se mezclan en una cena para contar a modo de flashbacks la historia de esta y Jean-Yves a su bastante vacilable invitada. Puede que no sea mucho, pero aligera tanta ciencia-ficción amorosa en esta  “Llévame a la Luna” (Un plan parfait, Pascal Chaumeil, 2012).

Sharknado (Anthony C. Ferrante, 2013)

Solo cabe una opción con una película para televisión como “Sharknado”: productores, director, guionista, actores (ahí está al mando el mítico Steve, Ian Ziering, de la no menos mítica Sensación de vivir) y demás miembros del equipo decidieron triunfar echándose unas risas.

Llevar a la pantalla el tradicional “a que no te atreves a…”, convertido en cine catastrófico de serie… sencillamente no hay letras para explicar algunas cosas.

Porque si lo que pretendían era una película seria, pues me quedo sin palabras.

Solo añadir que la lógica se impone en una película donde hay tiburones voladores cual tornados y Los Ángeles es barrido del mapa por esta inquietante “plaga”. Y remarco lo de la lógica porque esta es aplastante cuando de hacer andar la trama se trata. Si escapan cinco en un coche y tienen que parar a por otra persona más relevante, entonces alguien debe morir para dejarle sitio. Selección natural le llaman.

b7acd165dac5a4a50037ebb1cf8dc3feEsto no es un poster promocional de Sharknado... si Newton levantara la cabeza.

Además, hay que demostrar solo un respeto relativo por el tema romántico porque da igual que la chica esté enamorada del héroe, porque su hijo tampoco es un mal partido y así el citado héroe puede volver con su mujer, Incluso podemos pasar por alto detalles como que el agua llegue a la altura de la cintura dentro de una casa, con tiburones nadando por el salón, y en la calle estemos con minicharcos.

“Sharknado” (Anthony C. Ferrante, 2013) es, indudablemente, una película para ver en grupo. Si puede ser con alcohol y con muchas ganas de dejarse convencer. Hay que aceptar que lo improbable es lo que más números tiene de suceder y que un final tan apoteósico (la única vez que he visto una película que recibe una ovación en el momento del clímax) solo puede ofrecerlo quien opta por el show en detrimento de las leyes de la física. 

Séptimo (Patxi Amezcua, 2013)

Con “Séptimo” el problema son las aspiraciones de la película. ¿Qué quiere ser? ¿Qué ofrece para serlo? ¿Convence? ¿Se juega todo un thriller en el giro final? ¿Entendemos algo? Por partes, el planteamiento es sólido. Dos niños desaparecen mientras bajaban por las escaleras y su padre (Ricardo Darín) lo hacía por el ascensor. A partir de ahí toca pasar de la incredulidad a la preocupación, de pensar en una broma a investigar un posible secuestro. La clave para atraer la atención del público es la ausencia de móvil.

1ba0f6a3447698b1bd71c265f1363185La actuación de RIcardo Darín es lo único sólido y creible de Séptimo.

El problema reside en que la desaparición de los pequeños se resuelve de un modo más o menos fácil, aunque el detalle del teléfono sin batería cuando el padre va a recuperarlos roce lo ridículo e innecesario. En ese punto, nos situamos en un drama familiar y todavía queda media hora de película. Toca giro final y en contra de “Séptimo´” está que la acción ni se acercó al nivel de un thriller como, por ejemplo, “Nueve reinas” (Fabián Bielinsky, 2000), por citar uno donde también Darín ejerce de protagonista. 

Además, ¿alguien entiende las decisiones de Belén Rueda, si ya estaba decidido que se iba con los niños a España? Es la condena definitiva para “Séptimo” (Patxi Amezcua, 2013), que se lo quiso jugar todo a una carta y está claro que el azar decidió en su contra.