Marie-France Pisier

Marie-France llegó a la palestra como una actriz del movimiento de la Nouvelle Vague en la década de 1960. Ella había pasado su infancia en Indochina francesa, donde su padre era empleado como gobernador colonial, pero la familia se mudó a París cuando tenía doce años. Tan sólo cinco años más tarde, ella fue descubierta por un director de casting, que había sido encargado por François Truffaut para descubrir una cara nueva "fresco y alegre" por su película de 32 minutos Antoine et Colette (1962). Mientras encontrando sus pies en actor, Marie-France asistió a la Universidad de París, eventualmente alcanzar grados en derecho y ciencias políticas. Por el momento, Truffaut le echó otra vez como Colette en el segundo de dos secuelas, El amor en fuga (1979), estuvo involucrada en el proceso de escritura del guión ella misma. Antes de eso, ella había también co-escrito el guión de Celine y Julie van en barco (1974), en el que ella misma protagonizó una institutriz enigmático.

En su vida privada, sostuvo fuertes convicciones políticas y socio, hablar abiertas sobre los derechos de la mujer y aborto legal y participar en manifestaciones estudiantiles en París en 1968. En la pantalla, ella exhibió aplomo, estilo y feminidad en abundancia. A menudo también fue elegida como una seductora mujer seductora o como las mujeres de origen misterioso. Ella era excelente como Agathe en Sérail (1976) y en la parte que le valió el prestigioso Cesar y condujo a su breve

estancia en Hollywood - como Karine en primo cousine (1975). Su experiencia en Estados Unidos no probó una feliz, aunque prestó un innegable toque de glamour a sus papeles de diseñadores de moda en la miniserie de otra manera mediocre escrúpulos (1980) y (en el papel del título) de Coco Chanel (1981). Más en casa en el cine de su Francia natal, tuvo algunos papeles más dignos recorrido su camino, en particular como Madame Verdurin en El tiempo recobrado (1999). También dirigió dos películas, la primera de ellas, Le bal du gouverneur (1990), se basó en su propia novela sobre experiencias de la niñez en Nueva Caledonia.

Marie-France murió trágicamente como resultado de ahogamiento accidental en su villa en Saint-Cyr-sur-Mer, cerca de Toulon, a la edad de 66.