Ricardo Cortez

Jacob nació y se crió en Nueva York, al que sus padres austríacos habían emigrado antes de nacer. Allí trabajó un número de puestos de trabajo mientras se formó como actor. Cuando Jacob llegó a Hollywood para trabajar en cine en 1922, la manía de Valentino estaba en pleno apogeo. Nunca tímido para cambiar un nombre y un fondo, el estudio había transformado Jacob Krantz de Austria en Latin Lover Ricardo Cortez de España. Tal era la vida en Hollywood.

A partir de pequeñas piezas, el Cortez alto, Moreno estaba siendo preparado por Paramount para ser el sucesor de Rudolph Valentino. Pero Cortés nunca sería considerada (o se considera) al igual que el difunto Valentino. Una estrella popular, él fue cargado en una serie de películas románticas común y corrientes que depende más de su aspecto que en el guión. Fotos como Tango tragique (1924) y Boda convencional (1926) hicieron poco para extender su rango como actor. Mostró que tenía algo de alcance con su papel en Pony Express (1924), pero papeles como eran pocas y lejanas.

Con la llegada del sonido, Cortés hizo la transición y jugaba a Sam Spade en Le faucon maltais (1931) (aka peligroso hembra). Nunca un gran actor, Cortez fue echado como el mujeriego sonriente en una serie de películas y pronto se deslice hacia abajo hasta películas 'B'. ¿Él jugó un columnista del periódico es mi cara roja? (1932), una destructora en una dama perdida (1934), un asesino en la caza del hombre (1936) y ni siquiera Perry Mason en el caso del gato negro (1936).

Después de 1936, Cortez golpeó un parche delgado para actuar y probó en dirigir. Su carrera como director terminó después de una media docena de películas y su carrera pantalla pronto seguido. Él se retiró de la pantalla y regresó a Wall Street, donde había trabajado como un corredor de décadas antes. Esta vez, regresó como miembro de una de las firmas de corretaje superior de Wall Street y vivió una vida cómoda.