En septiembre de 1958, Truffaut colocó un anuncio en France-Soir buscando un chico 13 de años a ser el protagonista de su primera película. Acababa de escribir el guión de una película que pretende ser la historia de un niños 13 años considerado no con nostalgia, sino simplemente como un mal momento para ir a través. Después de una audición alrededor de 60 niños, Jean-Pierre Léaud dieron la parte. Según Truffaut, Léaud, como Doinel, era solitario e introvertido, pero a diferencia del personaje, el joven actor no era un ávido lector. Tenía la impresión, Truffaut observados en 1970, que robaba más fácilmente un disco de Ray Charles que un libro de la Pléiade.
El personaje de Antoine Doinel es esencialmente Vigoian y de hecho no habría parecido fuera de lugar en Zéro de conduite. Igual de Vigo cargado su película con todo el dolor (y placer anárquico) de su infancia, así también lo hace Truffaut con Les Quatre-ciento golpes de estado. Sin embargo, a pesar del hecho que Doinel comienza sin duda como los directores alter ego, conforme avanza la serie, nos encontramos con que el personaje se mueve lejos de Truffaut y acercarla a Léaud:
En mi opinión [Léaud] es el mejor actor de su generación, aunque no debe olvidarse que Doinel es sólo uno de los personajes que ha jugado, un dedo en su mano, uno de los trajes que ha usado, una de las escuelas de su infancia.