Thomas Becket (1118-1170 AD) nació en una familia aristocrática de baja graduación. Estudió civil y ley de canon, tanto en Inglaterra como en París. Después de construir una buena reputación por su diligencia y eficiencia, Becket eventualmente atrajo la atención del rey Henry II de Inglaterra, que le hizo el Canciller de Inglaterra en 1155. Henry no estaba decepcionado.
Relación de Henry con la iglesia había sido bastante antagónica, y cuando el arzobispo de Canterbury (el más alto funcionario religioso en Inglaterra) murió en 1162, Henry nombrado Becket como su reemplazo, con la suposición de que un hombre que le había servido tan eficazmente y tan leal como Canciller, sería el instrumento por el cual él podría rein-en la iglesia. Sin embargo, Becket asumió su nuevo cargo con una sinceridad igual a su pasado y ahora su completa lealtad en la iglesia.
Tras una tumultuosa ocho años como arzobispo, constantemente en desacuerdo con su rey y su único amigo, Henry, Thomas Becket fue brutalmente asesinado por cuatro de los caballeros de Henry, mientras que él estaba dando Misa en la catedral. Los caballeros al parecer estaban actuando bajo instrucciones del rey y fueron absueltos de cualquier práctica equivocada, pero Henry se fue obligado a hacer penitencia pesado antes de regresar a la gracia de la iglesia, incluyendo una flagelación pública.
