Muchos críticos pan presentación del director del personaje de Fernando Aguirre y son incapaces de conectar su evolución desde un simpatizante de Zapata al principio al dictador militar al final de la película. Uno puede ver que en un principio era un mensajero para el Madero revolucionario y gana la confianza de Zapata. Sin embargo, uno puede ver el discernimiento en su rostro cuando Zapata dice que no quiere ser la conciencia del mundo y luego preguntas a Zapata por actuar demasiado lentamente para salvar Innocente. Su fe en la Zapata está debilitado.
Estos son los primeros atisbos de oportunismo en Fernando, cuyo apoyo para Zapata se debilita aún más cuando, después de que entrega una carta haciendo un poderoso general a Zapata, Zapata y su hermano Eufemio burlan los regalos de los campesinos. El borracho Eufemio más aliena a Fernando cuando dice que le hace mal la forma en que los campesinos toman todo el día para casarse.
Después de la abdicación de Díaz, Fernando es visto en el campo de Madero, quien se ha convertido en un líder débil y títere del General Huerta. Fernando puede ver esto y comienza a favorecer a Zapata en Madero como líder y hojas con Zapata. Durante la bacanal que sobreviene a la salida de Díaz, Fernando dice a Zapata que la guerra es sólo la mitad ganada y demuestra que está a favor de convertirse en Presidente de Zapata. Debido a la irresponsabilidad borracha de Eufemio, se convierte en segundo a Zapata. Zapata se muestra para ser un líder débil y abandona la Presidencia. Esto es cuando Fernando cambia de bando al equipo ganador y debe destruir a Zapata como un icono para los campesinos.
Al final que Fernando es representado como un tipo de Judas, incluso al punto de tener un ayudante llamado a Jesús besa a Zapata como una forma de identificación. El personaje de Fernando Aguirre puede clasificarse como un oportunista, nunca cambiar lealtades a la ganadora y por lo tanto, al final, convirtiéndose en el ganador.
