Lawrence Woolsey creció en Chicago durante los felices años veinte. Aunque su familia judía de clase media (nombre original: Wuhlstein), tenía poco contacto con Al Capone o el sindicato del crimen, más adelante a menudo contaba historias de haber crecido en medio de 'balas volando y bañera Ginebra'. Woolsey cambió su nombre para evitar la discriminación cuando comenzó a trabajar en teatro en la depresión temprana. Trabajo era difícil de conseguir, pero el joven tenía un don para autopromoción que a menudo él aterrizó un trabajo ayudando con la construcción de conjuntos o tomando un poco de papel. Como tuviera edad, llegó a creer que su verdadera vocación era directa, y que debería ir a Hollywood a hacer fortuna.
Su éxito fue moderado, al principio, aunque codeó con algunos de los grandes, incluyendo Hitchcock (cuyo estilo personal que luego deliberadamente imitado) y Orson Welles. Una vez más, se replegó en su talento de marca registrada como un showman y un tendero Woolsey y encontró el apoyo suficiente para poner en marcha 'Woolsey International Pictures,' que entró en negocios con su primer largometraje, 'Los ojos del Doctor Diabolo.' Para esta película, Woolsey afirmó que la audiencia sería hipnotizada, y para algunos contratos, publicó actores en el teatro que pretender seguir los comandos en la pantalla. Su próxima película, 'Muerte por susto,' ofrece seguros a cada espectador contra la eventualidad de muerte causada por el material de miedo en la pantalla. Estos 'trucos', como la llamaban, trajo el éxito más a sus películas de lo esperado, y la compañía de Woolsey fue capaz de financiar otras películas de bajo presupuesto.
Éxito de coronación de Woolsey, sin embargo, fue 'Mant!' - una foto del monstruo sobre un hombre mordido por una hormiga expuestos a la radiación, que eventualmente se transforma en una hormiga gigante que destruye una ciudad y debe ser asesinada por el ejército. Para esta foto, Woolsey inventó los conceptos de 'Atomo-Vision' y 'Rumble-Rama,' dijo que para mejorar la experiencia de visualización. De hecho, para los contratos especiales del espectáculo, Woolsey instalar a altavoces extras 'Rumble' que dijeron a sacudir empastes de dientes (y a veces causan daños estructurales a los cines). Las audiencias también se les pidió firmar documentos indicando que aceptaron el riesgo de miedo a la muerte. Lo más importante, sin embargo, Woolsey aparejado sillas del teatro para entregar leves descargas eléctricas a los espectadores seleccionados en los momentos de miedo (diseñados para asegurar que haya gritando en el teatro) y contrató actores para correr en trajes de hormiga en el clímax de la película.
Exagerada como estaban, estas tácticas trajo Woolsey otro éxito, como las ganancias de esta película de permitirle realizar su fracaso final, 'Galligator', una película sobre una mujer expuesta a la radiación mientras examinaba un monedero de piel de cocodrilo. Se carecían del encanto y el fuerte ritmo de 'Mant!' y llevó a la ruina de Woolsey International Pictures.
