Max

Max Aldorfer era generalmente apolítica antes de 1937, cuando, como un hombre joven, vio el barrido de los Nazis al poder en Austria con la promesa de resucitar la gloria de los pueblos germánicos. Poco después, él unió al partido y fue aceptado en la élite SS en 1938. Aún es joven y algo carente de dirección, había iniciado la Facultad de medicina cuando estalló la guerra y su país exigieron su servicio. Después de un breve paso en el frente, sirviendo con deshonra ni distinción particular, tomó la oportunidad de trabajar como guardia en busca de un entorno más seguro en Dachau. En Dachau se entiende que Aldorfer asistida con algunos de los experimentos médicos más ortodoxos y que pueden estar involucrado en otros delitos, aunque gran parte de la documentación pertinente para su caso fue destruido. Se sabe que aprovechado su posición para entrar en una relación sadomasoquista con un prisionero judío, Lucia Atherton. Atherton ciertamente obligaron a la situación contra su voluntad, sin embargo, otros supervivientes del campo le consideran como un colaborador, como Aldorfer ha visto lo que recibió las mejores raciones y nunca fue seleccionado para su deportación al este. Aldorfer regresó a Austria después de la guerra, capaz de disfrazarse tomando regularmente Wehrmacht soldado es uniforme de un cadáver. Allí intentó volver a la vida 'normal' por convertirse en el Secretario de la noche en el Hotel Oper, un pequeño hotel en el primer distrito de Viena. Para ocultar su vergüenza de su pasado, Max trabajó obsesivamente para complacer a sus invitados, especialmente la condesa--un confidente que requirieron sus servicios a sus jóvenes como parejas sexuales. Muchos de los otros huéspedes eran criminales de guerra que sostuvo reuniones secretas en el hotel para descubrir cualquier evidencia que los conecta con sus crímenes de guerra. Realizaron juicios simulados para aprender sobre los registros en los archivos que debían destruir y testigos para ser manipulados o eliminados. Esta existencia sombría si estable fue interrumpida por la llegada inesperada de Lucía en el Hotel Oper, junto con su esposo, el director de la ópera estadounidense. Lucia y Max se encuentran obsesionados uno con el otro y reingresó pronto su bizarra relación. Inevitablemente, con el ex SS en busca de testigos para eliminar y traidores a su secreto, esto coloca Max y Lucia en un peligro considerable.