Philip

Philip (382-336 A.C.) había pasado algunos años viviendo como un rehén político en Grecia (Tebas), pero finalmente se volvió a casa donde se convirtió en rey. Mientras que en Tebas había aprendido mucho sobre los griegos, incluyendo el equipo y las funciones de la falange, que era por lejos el más eficaz formación/táctica militar en el mundo en ese momento. Felipe no sólo trajo este conocimiento con él, pero expandidas, teniendo los soldados llevan lanzas (sarrisas) que eran dos veces la longitud de los utilizados en el falange tradicional, dando a las tropas de Felipe una ventaja cuando comenzó una campaña de conquista sistemática en 356. Uno por uno las polis griegas cayeron antes de Philip, hasta que él había conquistado todas ellas con excepción de Esparta, aunque él había desnudado Sparta de su imperio del Peloponeso, robando así de su base de poder y la capacidad de ataque. Los espartanos reales, sin embargo, permanecieron intactos, y Philip se dio cuenta de que sería mucho más costoso que valió la pena llevar la propia ciudad. Philip en algún momento envió una carta amenazante a los espartanos diciendo 'Si 'entro en Laconia, (la región circundante e incluyendo Sparta) 'se nivelará Sparta a la tierra.' Los espartanos, en tradicional audacia espartano y concisión lacónica, simplemente respondieron con una lectura de la carta: 'if'. Habiendo conquistado Grecia, Philip enfrentaron el desafío de cómo gobernar y más específicamente, cómo evitar que se rebela. Comenzó a planear una invasión de Persia, que no sólo sería un negocio lucrativo, pero también sería una causa que los griegos se podrían conseguir detrás, teniendo en cuenta la larga animosidad los griegos destinada a Persia, tras haber sido invadido por Persia varias veces. La expedición fue incriminada como algo como una campaña punitiva. Sin embargo, Philip nunca fue viajar a Persia, ya que fue asesinado en el 336 en un festival y sucedido por su hijo Alejandro, quien tomó la campaña de conquista persa.