Detective de homicidios de la ciudad de Nueva York Vincent LaMarca ha forjado una larga y distinguida carrera en cumplimiento de la ley, haciendo un nombre por sí mismo como un hombre intensamente comprometido con su trabajo. Pero en su último caso, los riesgos son mayores para Vincent--el sospechoso está investigando es su propio hijo. Él y Joey han sido dolorosamente separados desde que Vincent divorció de su mujer y dejó las pasarelas en descomposición de Long Beach, Long Island por el anonimato de Manhattan y una exitosa carrera con el Departamento de policía. Él vive su vida en soledad, manteniendo a su novia con el extendido brazo; es una relación más estrecha que mantiene con su socio, Reg--y Vincent se cerciora de que se detiene en la puerta del recinto. Mientras Vincent vive en la protección del presente, no tiene que lidiar con el dolor de su pasado, o su tristeza sobre su relación rota con Joey. Pero este asesinato es dibujo a Vincent casa a Long Beach, la autoproclamada ciudad junto al mar, donde el pasado ha estado esperando que regrese. La memoria dolorosa que ha torturado toda su vida--la muerte de su padre, un asesino convicto que fue ejecutado cuando Vincent era apenas un niño, aún lo atormenta. En el curso de la investigación, descubre que su propio dolor sin resolver y fracasos como padre han influido profundamente en la vida de Joey, y ahora su nieto de 18 meses de edad puede ser destinado a seguir su camino autodestructivo.