Con esta secuela de su película anterior independiente ganador del premio, 'El Mariachi', director Robert Rodriquez se une a las filas de Sam Peckinpah y John Woo como un maestro de slick, glorificación de ultraviolencia. Recogemos la historia como una continuación de 'El Mariachi', donde un músico ambulante, buscando trabajo, es confundido con un asesino a sueldo y tal modo enredado en una telaraña de amor, la corrupción y la muerte. Esta vez, va a vengar el asesinato de su amante y la mutilación de su mano preocupándose, que se produjo al final de la película anterior. Sin embargo, la trama es recapitulada, y una vez más, un caso de identidad equivocada lleva a un recuento muy alto, la implicación con una hermosa mujer que trabaja para el capo de la droga local y por último, la inevitable confrontación cara a cara y sangriento enfrentamiento.