En 1952, un cazador Inuit llamado Tivii con tuberculosis sale de su casa del norte y familia a recuperarse en un sanatorio en la ciudad de Quebec. Desarraigados, lejos de sus seres queridos, incapaces de hablar francés y ante un mundo totalmente ajeno, se convierte en abatido. Cuando se niega a comer y expresa su deseo de morir, su enfermera, Carole, llega a la realización que la enfermedad de Tivii no es la más grave amenaza para su bienestar. Ella arregla tener un joven huérfano, Kaki, transferido a la institución. El niño también está enfermo, pero tiene experiencia con ambos mundos y habla dos idiomas. Al compartir su cultura con Kaki y abrirlo hasta otros, Tivii redescubre su orgullo y su energía. En última instancia redescubre también esperanza a través de un plan para adoptar Kaki, traerlo a casa y hacer que parte de su familia.
