Fiestas de guerra a muerte. Su apetito codicioso lleva a muchos una vida en el campo de batalla, y los soldados deben estar dispuestos a morir en cualquier momento. Sin embargo, todos estos sacrificios se pueden dar sentido y razón con honor. Un testigo resistido de apetito insaciable de la guerra, Guzidi, capitán de la novena compañía, tendrá que luchar toda su vida para devolver el honor a sus cuarenta y seis hombres y su sacrificio. El año 1948 fue testigo del lanzamiento de la Campaña Huaihai durante la Guerra Civil China. En una de las batallas más mortíferos de la historia China, miles en el ejército popular de liberación (PLA) y el ejército nacionalista (KMT) cayeron en la batalla que tuvo lugar entre Xuzhou y Bengdu. Fue en medio de esta lucha sangrienta que capitán Guzidi dirigió la unidad de infantería de la novena compañía en una misión de francotirador. Sus órdenes fueron a luchar contra al ejército del KMT hasta que sonó la llamada Asamblea de retiro. Sin embargo, después de muchas horas de arduo resistencia, Gu vio impotente como acabó la munición y las escasas filas de la novena compañía crecieron aún más dispersa. Los hombres fueron cayendo uno por uno. Al borde de la muerte, Teniente Jiao Dapeng, mejor socio de Gu, anunció que él oyó la llamada y pidió Gu a retirarse con los soldados restantes. Palabras del moribundo expandió duda dentro del resto de la compañía, pero Gu insistió en que no había sonado el Clarín y que debían seguir luchando a toda costa. No hasta más tarde Gu sabía que todas las tropas vecinas ya habían dejado el campo, y que su compañía entera quizás había muerto en vano debido a su obediencia terco. Cegado por la ira y la culpabilidad, Gu marcharon hacia la trinchera del enemigo. Pero se salvó su vida, y tenía más remedio que cargar con el peso gigantesco de culpabilidad y misterio que gravaría el resto de su vida. Unos días después, Gu despertó en un hospital. Mientras que entre las filas KMT, había sido herido y capturado por el PLA. Había perdido su identidad y rápidamente aprendió que sin un sobreviviente para responder por ellos, los cuarenta y seis hombres que valientemente habían sacrificado sus vidas bajo él simplemente desapareció. Gu se unió a la infantería del ejército de liberación y laboriosamente subió los peldaños más bajos del escalafón militar. Decidido a probar la muerte gloriosa de sus cuarenta y seis hombres, Gu se embarca en un viaje en busca de aquellos que tienen la clave para el misterio de la corneta.
