El año 1642 marca el punto de inflexión en la vida del famoso pintor holandés, Rembrandt, convirtiéndolo de una celebridad respetada rica en un indigente desacreditado. Ante la insistencia de su esposa Saskia, Rembrandt accedió a regañadientes a pintar la milicia mosquetero de Amsterdam en un retrato de grupo que será más tarde a ser conocida como la guardia nocturna. Pronto descubre que hay una conspiración en marcha con los comerciantes de Amsterdam jugando a soldados maniobrar para beneficio financiero y poder personal, en ese momento, la ciudad más rica del mundo occidental. Rembrandt tropieza con un vil asesinato. Confiado en el nacimiento de un anhelado hijo y heredero, Rembrandt está decidido a exponer los asesinos conspiradores y construye su acusación meticulosamente en la forma de la pintura de encargada, descubriendo el lado sórdido e hipócrita a la sociedad holandesa en la edad de oro. Se convierte la gran fortuna de Rembrandt. Saskia muere. Rembrandt revela la acusación de asesinato en la pintura y los conspiradores plan de venganza. Se dispusieron a desacreditarlo en casa y en el extranjero. Plantan una amante traicionera, Geertje, para seducirlo. Intentan lo ciego. Ellos plan su ruina financiera y social y para crear las circunstancias para su diapositiva en penuria, insultar a su joven amante Hendrickje, conspirar para destruir a su hijo y traer Rembrandt hasta las rodillas. La pintura audaces y valiente de la guardia nocturna, excepcional en la estética y contenido, es más célebre pintura de Rembrandt, que consolidó su reputación como un maestro pintor pero también lo destruido social y económicamente.