Mientras espera para responder de sus madres para llevarla a los Estados Unidos, Lilya idles a fumar, beber y divertirse con ella, también, el tiempo marginado amigo Volodia. En el tiempo, la posibilidad de una nueva vida se convierte en inexistente; su vida va a ninguna parte. Conocer a un joven, ella entonces encuentra un billete de avión en la mano y una nueva vida en Suecia: un trabajo, un apartamento y perspectivas. Todo no es lo que parece. Habrá trabajo, habrá viviendas y no habrá escapatoria. Esta es la visión descarnada, franca e inquietante de la vida de una joven víctima del comercio sexual subterráneo y en todas su tono de realismo de la pobreza extrema, acciones despreciables y de querer mostrar que sueña con una vida mejor no es un delito sino que la vida puede hacer añicos la ilusión de un final feliz.
