EL detective especialista en investigación forense Pierre Niemans de París, viaja a Guernon, un pueblo de montaña donde se ubica una prestigiosa universidad para investigar el asesinato del profesor y bibliotecario de 32 años Rémy Caillois, cuyo cadáver fue encontrado colgando a 50 metros de altura en la ladera de una montaña escarpada, desnudo, horriblemente torturado y mutilado.
Guernon es una sociedad cerrada e incestuosa de intelectuales, donde es tradición que los hijos hereden el puesto de los padres. El oftalmólogo del pueblo, que fuera anteriormente profesor de la universidad, conoce mejor que nadie el problema de las enfermedades genéticas hereditarias, el precio de tal grado de elitismo y endogamia.
El inspector Max Kerkerian investiga, de forma paralela, dos delitos menores en la ciudad, un asalto en la escuela para robar fotos de antiguos alumnos y documentos del archivo, así como una profanación de la tumba de Judith Hérault en el cementerio local. Para entrar en la tumba necesita el permiso de su madre, una monja que vive en una celda haciendo voto de tinieblas desde hace 15 años. La monja le indica al inspector que su hija no realmente no murió, que se la llevaron unos demonios.
Mientras las investigaciones de ambos policías avanzan, los caminos se cruzan, desvelando otros secretos y crímenes, hasta que todos los cabos quedan atados.