Betty Lou es un bibliotecario en un pueblo muy pequeño. Su esposo, Alex, es un detective de la policía que le da por sentado. Es el último ratón. Después de una figura del hampa es misteriosamente asesinada en la ciudad, encuentra el arma homicida, pero no puede llamar la atención de nadie que les diga (estamos hablando muy tímidas, aquí). Finalmente, en un arrebato de frustración lo echa en un baño y cuando se toma a la estación de policía insiste en que es el asesino. Tiene el efecto deseado, la gente presta atención a ella. Con insinuaciones sobre modales de las prostitutas en su celda, está en camino.