Anna y Ben, los dos hijos de Jackie y Luke, tienen que lidiar con el hecho de que sus padres se divorciaron y que hay una nueva mujer en la vida de su padre: Isabel, una fotógrafa de éxito. Ella le hace mejor tratar a los niños de una manera que les hace sentir aún en casa al estar con su padre, pero también ama su trabajo y no tiene planes de renunciar. Pero Jackie, una madre a tiempo completo, considera que los esfuerzos de Isabel como ofensivamente insuficientes. Ella no puede entender que el trabajo puede ser importante para ella, así como los niños. Se profundiza el conflicto entre ellos por el repentino diagnóstico de cáncer, que quizás puede ser mortal para Jackie. Todos tienen que aprender un poco para crecer juntos.